Sarkozy abordará con Obama el replanteamiento del sistema monetario

Sarkozy, que llega procedente de las islas de Guadalupe y Martinica en el Caribe y viaja acompañado de su esposa, Carla Bruni, abordará con Obama las prioridades para la presidencia francesa del G8 -los países más industrializados- y el G20, las principales economías del mundo, a lo largo de este año.

Obama, según ha apuntado la Casa Blanca, analizará con su colega francés vías para "sustentar la recuperación económica".

También, según la residencia presidencial estadounidense, abordarán una amplia gama de asuntos internacionales, como Líbano, la Costa de Marfil, Irán u Oriente Medio.

Asimismo abordarán asuntos como el referéndum de autodeterminación en el sur de Sudán o la marcha de la estrategia para Afganistán, que prevé el comienzo de la retirada de las tropas estadounidenses para julio.

La cooperación contra el terrorismo ocupará también un lugar importante en la conversación entre ambos mandatarios.

Pero la parte del león se la llevará la economía. Sarkozy se ha fijado como una de sus prioridades durante la presidencia del G8 y del G20 el controlar la volatilidad en los precios de las materias primas y replantear el sistema monetario para reducir el liderazgo del dólar como moneda de reserva.

El presidente francés planteará al estadounidense sus ideas en la materia, si bien fuentes galas han indicado que no se espera que la reunión llegue a resultados concretos sobre el asunto. Las propuestas detalladas probablemente tengan que esperar a la cumbre del G20 en Cannes el 3 y el 4 de noviembre.

Francia asegura que no busca un reemplazo para el dólar como moneda de referencia sino abrir un debate acerca de la reforma de un sistema adoptado hace 67 años, en la conferencia de Bretton Woods de 1944.

El Gobierno de Sarkozy considera que el papel dominante del dólar en la economía mundial contribuyó a la crisis financiera, al agravar los desequilibrios globales.

En declaraciones el pasado jueves, la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, afirmó que "sin defender o atacar el papel de ninguna divisa en particular, vemos que nuevas economías han ocupado un papel de primera línea en la reciente crisis y sin embargo tenemos un mundo que, de momento, es un mundo con una sola moneda".

Tanto Lagarde como el ministro francés de Exteriores, Michele Alliot-Marie, y el de Defensa, Alain Juppé, acudirán a Washington junto a Sarkozy.

Además del sistema monetario y las divisas internacionales, Sarkozy también abordará la cuestión de la volatilidad de los precios de las materias primas.

La inflación en los precios de los alimentos en Asia, donde China se ha visto obligada a recurrir a vender maíz o azúcar de sus reservas oficiales para rebajar los precios, o las revueltas en Argelia por el coste de la comida servirán de argumento al presidente francés.

La escalada en el precio del barril de petróleo será otro ejemplo al que podrá recurrir Sarkozy.

La reunión entre Obama y el presidente galo será la primera que el mandatario estadounidense celebre este año con un líder extranjero.

También será la primera conversación cara a cara que ambos mandatarios mantengan después de que la organización Wikileaks filtrara decenas de miles de cables diplomáticos estadounidenses.

En algunos de ellos Sarkozy aparece retratado como "susceptible" y "autoritario".

El encuentro se produce también en momentos en los que el presidente estadounidense se encuentra sumido en una remodelación de su equipo, para adaptarlo a un Congreso donde los republicanos dominan la Cámara Baja y a la necesidad de acelerar el crecimiento económico del país y crear empleo.

Mientras Sarkozy y Obama se reúnen sus primeras damas respectivas, Carla Bruni y Michelle Obama, compartirán un almuerzo.

Pero la prensa del corazón se puede ver decepcionada: la Casa Blanca ya ha subrayado que esa comida se celebrará a estricta puerta cerrada sin que se permita la presencia de los reporteros.