¿Por qué no se hacen más contratos de aprendizaje? Tres de cada 10 acaban indefinidos
Informativos Telecinco | Agencias
13/09/201815:24 h."El contrato de formación y aprendizaje es un trampolín muy potente al empleo indefinido", ha subrayado en rueda de prensa el investigador de Fedea Marcel Jansen, quien ha apoyado esta afirmación en datos: Ya que frente a ese tres de cada 10 que consigue empleo fijo, sólo un 1% de los jóvenes logran ese puesto indefinido habiendo sido contratados con un contrato temporal de la misma duración.
El problema es que en España se hacen muy pocos contratos de aprendizaje y que menos del 10% de ellos duran más de un año. De hecho, en la práctica, menos de una quinta parte de los aprendices llega a tener un contrato de aprendizaje de dos o más años. Así, para que tengan un efecto significativo y positivo para la inserción laboral de los jóvenes, los contratos de aprendizaje deberían superar al menos los 18 meses, según Fedea.
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En este sentido, Jansen ha explicado que participar en un contrato de aprendizaje de tres años de duración "duplica" las posibilidades de conseguir un contrato indefinido en un periodo de siete años frente a los que acceden al mercado laboral con un contrato laboral de la misma duración.
En porcentajes, esta afirmación se traduce en que cerca del 80% de las personas que arrancan su vida laboral con un contrato de aprendizaje de tres años de duración encuentran un empleo indefinido en los primeros siete años, en contraste con el 40% de los que lo consiguen habiendo entrado al mercado laboral como trabajadores temporales. Jansen señala que esta diferencia se explica por la conversión del contrato de aprendizaje en un contrato indefinido dentro de la misma empresa.
Estos contratos de aprendizaje están dirigidos a jóvenes de entre 16 y 25 años (hasta 30 años mientras que la tasa de paro supere el 15%), que no tengan cualificación para un contrato en prácticas. Su duración mínima es de un año (seis meses por convenio colectivo) y la máxima, de tres años. Los contratados reciben un salario cuya cuantía no puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y las empresas que los efectúan cuentan con bonificaciones a la Seguridad Social.
Aunque esta modalidad de contrato ha sido modificada en dos ocasiones durante la crisis, actualmente se está debatiendo una nueva reforma del mismo en el diálogo social. En este contexto, Fedea recomienda al Gobierno y los agentes sociales mantener el límite máximo en la edad de los contratados en 30 años, aumentar la duración del contrato de aprendizaje, no diluir la calidad de la formación que se presta y que el apoyo económico que reciben los aprendices se prolongue durante todo el programa o se pague al final para evitar abandonos prematuros.
Para Fedea, es necesario evitar que la diferencia en las condiciones económicas de los estudiantes de Formación Profesional (FP) dual, que reciben una beca, y los aprendices con contrato de aprendizaje, que cobran un salario, desincentive a los jóvenes a obtener un título en educación secundaria o FP.
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