La banca española afronta otra reforma para cubrir pérdidas de hasta 50.000 millones, según ING

ING Research reconoce que el telón de fondo de deterioro macro sobre el que basa su planteamiento puede parecer "excesivamente agresivo", pero pronostica que no solo se registrará un deterioro de la cartera crediticia vinculada al sector inmobiliario, sino también del resto de préstamos concedidos por la banca española.

La firma dice que los dos últimos decretos de saneamiento financiero aprobados por el Gobierno "van en la buena dirección" pero duda de que logren restaurar la confianza en la banca, por lo que atisba "otra reforma" en ciernes y, quizá, "una intervención desde fuera" dadas las necesidades de capital de hasta 50.000 millones de euros identificadas.

ING Research justifica estas pérdidas en la banca española bajo la hipótesis de que la morosidad hipotecaria se triplique y la de los créditos a las pymes se duplique, hasta disparar la morosidad del sistema financiero español desde la tasa actual del 8% al 21%.

"Esperamos ver un agresivo deterioro de la cartera crediticia no solo del sector inmobiliario, sino en el resto de los préstamos", sostiene la firma de análisis del banco holandés, que únicamente recomienda comprar en España acciones del Banco Santander, al que atribuye un precio objetivo de 5,2 euros por acción.

Las pérdidas en la cartera del sistema financiero podrían exceder fácilmente los nuevos niveles de cobertura establecidos por las últimas normas por importe global de 84.000 millones de euros, entre cobertura a créditos problemáticos (54.000 millones) y sanos (30.000 millones).

Además, ING asevera que "las reformas no van más allá de la cobertura por la exposición al 'ladrillo' donde consideramos que el reconocimiento de pérdidas no ha sido lo suficientemente agresivo" para captar el deterioro macroeconómico de España, insiste.

En este escenario, la firma indica que para recuperar la confianza sobre el sistema financiero español se requiere la ejecución de las pruebas de esfuerzo y la auditoría previstas, unas de las pocas medidas "largamente esperadas" y que en teoría pueden contribuir a lanzar dicho objetivo.