Las patronales piden una nueva ronda de negociación al Gobierno argentino

Tras la conclusión de la huelga las patronales van a "centrar el trabajo en el Ministerio de Producción", apuntó Hugo Biolcati, de la Sociedad Rural, en una rueda de prensa en la que adelantó que han solicitado a la ministra del ramo, Débora Giorgi, una entrevista para el próximo martes mientras insisten en el Congreso "con la modificación del sistema de retenciones".

Para Eduardo Buzzi, líder de la Federación Agraria, "existen problemas a resolver".

"No es la cantinela destituyente de cuatro tipos, sino que somos miles los que queremos un giro razonable en materia de política agropecuaria", apuntó en respuesta a las declaraciones del ex presidente Néstor Kirchner.

El ex mandatario cargó anoche de nuevo contra los dirigentes agropecuarios, les acusó de mantener actitudes fascistas y antidemocráticas y les pidió que "terminen con esta cantinela destituyente".

"Destituyente está en la cabeza de Néstor Kirchner, los que están en la ruta son argentinos, no son conspiradores de oligarcas", afirmó Buzzi.

"Hay que crear condiciones de rediscutir y consensuar para volver a poner en marcha un modelo productivo virtuoso que nos proteja de una recesión internacional cuyos límites no sabemos a dónde van a llegar", agregó.

La huelga sectorial, la séptima desde que se inició el conflicto en marzo de 2008 y que fue calificada de "salvaje" por el Gobierno, se inició el viernes pasado y consistió en la no comercialización de granos y hacienda en pie.

La misma estuvo acompañada de protestas y algunos bloqueos en las rutas que se acentuaron hoy con cortes en la ciudad fronteriza de Gualeguaychú y que provocaron retenciones de tráfico de hasta 20 kilómetros.

El conflicto con las patronales rurales, que representan a unos 29.000 productores, estalló el 11 de marzo de 2008, cuando el Ejecutivo impuso un esquema de impuestos variables a las ventas de granos al exterior que fue rechazado por el Parlamento, tras lo cual las alícuotas volvieron a ser fijas.

Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, sufrió el año pasado millonarias pérdidas por las huelgas agropecuarias y los bloqueos de rutas organizados por los productores rurales.