El litro de gasóleo sube por tercera semana y recupera la cota del euro por primera vez desde finales de 2015

En concreto, el litro de gasóleo, que arrancó el año 2016 cayendo por debajo de la barrera del euro por primera vez desde febrero de 2010, llegó a situarse a finales del mes de enero en los 0,909 euros, tras abaratarse a rebufo de la caída en los precios del crudo.

A pesar de este precio medio, el litro de gasóleo ya figuraba en surtidor en muchas gasolineras de España por encima del euro desde hace días.

Sin embargo, de la mano del repunte en el precio del petróleo, el precio medio del gasóleo, consumido por más del 70% del parque automovilístico, ha ido remontando, hasta marcar un nuevo máximo en lo que va de año.

También ha marcado un nuevo máximo anual el precio medio de gasolina, tras repuntar esta semana más de un 1%, situándose en los 1,164 euros el litro.

De esta manera, el precio de ambos combustibles se sitúa prácticamente en los niveles en que finalizaron el año 2015, viendo así minorado el abaratamiento que había registrado especialmente en los dos primeros meses del año.

Este incremento en el precio de la gasolina y del gasóleo coincide con el aumento registrado la pasada semana en los precios del crudo.

El barril de Brent, de referencia en Europa, llegó a cotizar por encima de los 47 dólares, aunque actualmente se intercambia a 44,8 dólares, mientras que el Texas 'sweet light' americano se intercambia a 43,79 dólares, frente a los más de 44 dólares de hace una semana.

Con los actuales precios, el llenado de un depósito medio de 55 litros de gasóleo tiene un coste de 55,22 euros, mientras que en el caso de la gasolina asciende a 64,02 euros.

Los carburantes cuestan en España menos que la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de gasolina se sitúa en 1,31 euros y en 1,323 euros, respectivamente. Por su parte, el litro de gasóleo cuesta 1,117 euros de media en la UE y 1,095 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal.