Amnistía pide "acciones enérgicas" para detener la escalada de asesinatos y torturas en Siria

Amnistía ha denunciado en un informe los "abusos generalizados y sistemáticos, incluidos crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra", por parte de las fuerzas leales al presidente, Bashar al Assad, y de las milicias opositoras.

La asesora general de Respuesta a la Crisis de Amnistía Internacional, Donatella Rovera, ha denunciado que los ataques contra las comunidades contrarias sigue un "patrón" que debe atajarse con una acción internacional enérgica.

"Durante más de un año, el Consejo de Seguridad de la ONU ha estado titubeando, mientras se desataba la crisis de Derechos Humanos en Siria. Es hora de que el Consejo rompa este punto muerto y emprenda acciones concretas para poner fin a estos abusos y hacer rendir cuentas a los responsables", ha señalado.

La organización ha denunciado que algunas acciones de las fuerzas gubernamentales y opositoras constituyen crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Varios trabajadores de Amnistía han entrado en Siria sin permiso de las autoridades y han hablado con familiares de víctimas de estos crímenes que han denunciado el asesinato de familias enteras a punta de pistola.

Los soldados y las milicias shabiha, leales a Al Assad, han quemado casas y disparado contra civiles "sistemáticamente", según el informe. "Donde quiera que fuera, encontraba residentes angustiados que preguntaban por qué el mundo se limita a observar sin hacer nada", ha manifestado overa.

"Esa inacción de la comunidad internacional termina por alentar nuevos abusos. Mientras la situación sigue deteriorándose, y mientras la cifra de muertes civiles aumenta a diario, la comunidad internacional debe actuar para detener la espiral de violencia", ha añadido.

La organización ha explicado que la represión por parte de las tropas gubernamentales se dirige contra ciudades considerados opositores o en los que se hayan producido enfrentamientos entre el Ejército y las milicias, donde los civiles acababan resultando heridos o muertos.

Amnistía y la ONU coinciden en que al menos 10.000 personas han muerto desde que se inició la represión en marzo de 2011 de los movimientos opositores, aunque las víctimas podrían ser más.

La ONG ha pedido a la comunidad internacional que detenga el envío de armas, en especial las partidas anunciadas por China y Rusia, y que el Consejo de Seguridad de la ONU permita al Tribunal Penal Internacional investigar los abusos cometidos. Además, Amnistía ha pedido que el Consejo aplique sanciones y congele los bienes de Al Assad y de los implicados en la represión.