La operación, que fue notificada a Bruselas el pasado 24 de mayo, planteaba el riesgo de solapamientos, pero el Ejecutivo comunitario cree que la compañía resultante seguirá confrontando una fuerte competencia de parte de empresas sólidas.
También ha valorado que las dos empresas implicadas en la compra son competidores principales entre sí y, por tanto, los clientes podrían fácilmente encontrar otros proveedores.