La justicia Colombia niega la extradición de un secuestrador de estadounidenses a EE.UU.

La sala de Casación Penal del Supremo colombiano negó la entrega a jueces de EE.UU. de Alexander Farfán Suárez, alias "Gafas", quien fue detenido el pasado 2 de julio cuando el Ejército colombiano rescató a esos 15 secuestrados en la "Operación Jaque", en las selvas del sur del país.

Alias "Gafas" fue reclamado por un tribunal del Distrito de Columbia por delitos relacionados con terrorismo y toma de rehenes.

Sin embargo, la Corte Suprema colombiana declaró "improcedente" la petición, por considerar que los delitos se cometieron en territorio colombiano y no se configuró la toma de rehenes, sino secuestro.

Este guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue arrestado en el helicóptero en el que los rehenes regresaron a la liberad tras ser engañados por militares colombianos que simularon una misión humanitaria, y que se denominó "Operación Jaque".

Las FARC tenían cautivos a los contratistas estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves, secuestrados el 13 de febrero de 2003, cuando miembros de esa guerrilla derribaron la avioneta en la que viajaban por las selvas del Caquetá (suroeste colombiano).

"Tras un profundo análisis del ordenamiento jurídico colombiano e instrumentos multilaterales como la Convención Internacional contra la Toma de Rehenes de las Naciones Unidas, la Corte determinó la improcedencia de la entrega del señalado cabecilla guerrillero porque los delitos por los cuales es pedido en extradición fueron cometidos en territorio nacional", dictaminó el Supremo.

Añadió que "la conducta imputada al requerido en extradición por las autoridades judiciales extranjeras, en Colombia no corresponde al delito de toma de rehenes, sino al de secuestro, dado que la organización armada ilegal a que pertenece el reclamado no sostiene un conflicto armado con el Estado requirente".

Las FARC incluyeron a los tres rehenes en la lista de rehenes canjeables por unos 500 guerrilleros presos.

Stansell, Gonsalves y el piloto Howes trabajaban para una empresa contratada por el Departamento de Defensa de EE.UU. para recoger informaciones sobre plantaciones de droga, pero las FARC los acusaron de ser espías de la Central de Inteligencia Americana (CIA).