Expertos detectan retrasos, sobrecostes y falta de control en programa de inversión de la OTAN

El Programa de Inversión de Seguridad de la OTAN financia inversiones de sistemas de mando y control, de defensa aérea y de construcción y cuenta con un presupuesto de 700 millones de euros en 2015, que financian los Ministerios de Defensa de cada país aliado.

Unos 33.000 millones de euros de "fondos comunes" se han gastado en los últimos 64 años para apoyar la estructura de mando integrado de la OTAN, las operaciones de la OTAN y el despliegue de capacidades y fuerzas aliadas.

Los expertos han concluido en el informe que el coste final de los proyectos examinados es un tercio superior al inicialmente previsto y el retraso medio para completar los proyectos de desarrollo de capacidades es de 5,4 años, al tiempo que constatan que las naciones marco no completaron a tiempo de media el 57% de los proyectos examinados.

Asimismo, aseguran que a pesar de los últimos cambios promovidos los proyectos en el marco de este programa siguen sufriendo "retrasos sustanciales y costes mayores" y que las naciones marco tienen dificultades para remitir información "precisa" y estimaciones "viables" del coste, alcance y calendario.

El informe, el primero que la OTAN hace público hasta ahora de estas características, también pone de relieve que alrededor de dos tercios de los 156 proyectos previstos para autorización en 2014 no han cumplido sus objetivos y alrededor del 65% de los más de 3.000 proyectos "activos" en el marco del programa se han completado pero no han sido inspeccionados a nivel técnico ni han sido objeto de certificación.

Tampoco hay datos disponibles del número total de proyectos completados desde el lanzamiento del programa.

Los inspectores concluyen que el proceso de autorización de proyectos no da garantías suficientes ni control sobre el calendario y la OTAN no supervisa de forma eficaz ni evalúa o controla la ejecución del proyecto.

La OTAN no ha podido reducir el gran número de proyectos que no han sido inspeccionados ni auditados desde 2010 a pesar de que los países de la Alianza Atlántica acordaron en septiembre pasado cerrar todos los proyectos completados antes de junio de 2016.

Los expertos independientes de la Junta de Auditores Internacional que han elaborado el informe, que ejercen como el organismo de auditoría independiente y externo de la OTAN, estiman que no se cumplirán estos compromisos a menos que se aumente notablemente el ritmo al que se presentan los proyectos para ser inspeccionados y auditados.

Y cuestionan que un modelo de gobernanza del programa en el que los Veintiocho países de la OTAN tengan responsabilidad directa para la supervisión diaria de la ejecución y puesta en marcha de un proyecto permita garantizar el desarrollo de las capacidades eficaz y a tiempo y plantean la necesidad de reformar la gobernanza del programa para garantizar la viabilidad a largo plazo del mismo, empezando por un examen de expertos externos independientes.