Las FARC renuncian a reclutar menores de 17 años

"Las FARC anuncian al país y al mundo que deciden no incorporar, en adelante, menores de 17 años a las filas guerrilleras, al tiempo que expresan el anhelo de poder alcanzar pronto un acuerdo de paz con justicia social", han dicho en un comunicado.

La guerrilla ha explicado que esta decisión obedece a su deseo de "dar nuevos pasos que coadyuven a que cada vez sean menos las generaciones de jóvenes involucrados en una confrontación militar que sin duda genera riesgos contra la vida y los derechos esenciales".

El grupo armado también ha aprovechado para aclarar que, "en contra de lo que divulga la propaganda institucional, bajo ninguna circunstancia han procedido a reclutar forzosamente ni a menores ni a ningún combatiente".

Las FARC han explicado que "las normas de reclutamiento de las FARC-EP no permiten el alistamiento de menores de 15 años" y son precisas sobre la incorporación a la filas guerrilleras, estipulando que deberá ser "personal, voluntario y consciente".

Sin embargo, han admitido que sus guerrilleros "constantemente tienen que disuadir a una importante cantidad de menores de que se enrolen en las FARC, promoviendo la idea de que desistan hasta tanto cumplan la edad suficiente que les permita tener conciencia del por qué y el para qué quieren vincularse a la lucha insurgente".

Asimismo, han reconocido que, "en el desenvolvimiento generalizado de la confrontación, algunos menores han encontrado refugio en sus campamentos, junto con otros supervivientes y desplazados, tras la ocurrencia de espantosas masacres".

FIN DE LAS "BATIDAS"

Por otro lado, han pedido a las Fuerzas Armadas que renuncien a las "batidas", como se conoce al "sistemático reclutamiento de menores de 15 años" para combatir y para "la propaganda de guerra". "Lejos de ser apartados del conflicto, son vestidos con uniformes militares e involucrados en la confrontación de forma artera", han lamentado.

"Sin duda alguna, la más despreciable utilización de menores en el conflicto armado por parte del régimen, ha sido su reclutamiento sistemático para, previo entrenamiento en unidades militares y de policía, infiltrarlos en la guerrilla, para realizar tareas de Inteligencia", han señalado.

De esta forma, "el Estado mantiene una estrategia de reclutamiento forzoso que convierte a los más pobres en la carne de cañón de una guerra que solo beneficia al establecimiento, dejando a salvo de los peligros de la confrontación fratricida a los hijos de la oligarquía".