Guinea Biseau celebra sus primeras elecciones tras el golpe de Estado para estabilizar el país

Los observadores internacionales dudan de que estas elecciones, que han sido aplazadas en varias ocasiones por "falta de fondos" según el presidente interino, Manuel Serifo Nhamadjo, permitan restaurar el orden constitucional, reanudar la ayuda humanitaria internacional y estabilizar la economía.

A los comicios están llamados unos 800.000 guineanos, que deberán elegir entre los 13 candidatos que disputan la carrera presidencial. Como favoritos parten el líder del Partido para la Independencia de Guinea Bissay y Cabo Verde (PAIGC), José Mario Vaz, y el del Partido por la Renovación Social (PRS), Abel Incada.

Sin embargo, no está claro cuál será la reacción del Ejército, que encabezó el golpe de Estado que derrocó a Raimundo Pereira y expulsó del cargo al entonces primer ministro Carlos Gomes Junios --que se daba como vencedor definitivo de los comicios-- si no sale elegido su candidato favorito, Nuno Gomes Na Biyan.

Pese a que el Ejército ha asegurado que respetará el resultado de los comicios, los expertos consideran que una de las principales reformas que debe adoptar el país es la de las Fuerzas Armadas, que ha sido acusada de estar relacionada con el narcotráfico, además de interferir en los asuntos políticos.

SITUACIÓN DE HAMBRUNA

Se calcula que la mitad de la población tuvo problemas para cubrir sus necesidades alimenticias durante 2013, debido a la caída dr las ventas de anarcardos, uno de sus principales recursos económicos. Además, numerosas organizaciones internacionales congelaron sus envíos de ayuda humanitaria a raíz del golpe de Estado.

De hecho, una evaluación e los productos alimenticios de Guinea Bissau realizada en 2013 por el Programa Mundial de Alimentos (PAM), la Organización de la ONU para la Agricultura y alimentación (FAO) y el Instituto Nacional de Estadística del país reveló que sólo el 7 por ciento de las familias disfrutaban de seguridad alimenticia.

Esta situación, junto a la profunda crisis política que atraviesa el país, ha llevado a que ningún presidente haya terminado su mandato desde que alcanzó la independencia. Los servicios públicos están colapsados, los trabajadores sanitarios y profesores han realizado numerosas huelgas mientras que el narcotráfico ha aumentado las luchas de poder.

PACTAR CON ADVERSARIOS

El representante especial de Naciones Unidas en Guinea-Bissau, Jose Ramos-Horta, ha afirmado que la estabilidad del país después de las elecciones sólo será posible si los políticos dejan de lado su cultura de ganadores, en la que se excluye cualquier tipo de pacto o acercamiento a los adversarios tras los comicios.

Por su parte, la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre la Extrema Pobreza, Magdalena Álvarez, ha valorado que el país tiene una "oportunidad para el progreso", aunque antes debe alcanzar un acuerdo y una "visión común" que lleve a los políticos de una continua lucha por el poder al trabajo 2para el bienestar de todos los miembros de la sociedad, especialmente a aquellos que viven en pobreza extrema".