HRW denuncia que al menos 235 familias afines a Estado Islámico han sido desplazadas por el Gobierno iraquí
EUROPA PRESS
04/02/201812:24 h.La mayoría se han visto obligados a ir al campamento de Daquq, en la gobernación de Kirkuk, y un número menor a otros dos campamentos en el área.
Cuando estas familias fueron desplazadas, las llamadas Fuerzas Populares de Movilización (PMF) -- milicias progubernamentales iraquíes también conocidas Al Hashd al-Sha'abi -- destruyeron algunas de sus casas, obligaron a algunos padres a dejar a sus hijos y robaron a algunas de las familias, según estas fuentes.
El director del campamento de Daquq, a 30 kilómetros al sur de la ciudad de Kirkuk, ha informado a Human Rights Watch durante que el campamento había recibido 220 familias desde el 4 de enero. Todos eran de aldeas en el área de Hawija, al oeste de Kirkuk.
Un representante de una organización internacional confirmó a HRW que las fuerzas iraquíes también desplazaron por la fuerza al menos a 15 familias más a otros dos campamentos en el área.
Tanto las FMP como las fuerzas armadas "acorralaron a las familias sin previo aviso en un esfuerzo coordinado basado en listas de nombres que habían recopilado y los llevaron al campamento después de examinarlos en bases militares", según relata HRW.
"¿Cómo puede Iraq reclamar que ha doblado la esquina y apoyar la reconciliación cuando sus propias fuerzas están librando castigos colectivos contra civiles?", ha lamentado la directora adjunta de HRW Lama Fakih. "El Gobierno iraquí no puede esperar nada positivo de su complicidad a la hora de promover la división en la sociedad iraquí", ha añadido.
Los entrevistados por Human Rights Watch y el director del campamento han confirmado además que la Policía local ha confiscado los documentos de identidad de sus familias y los retiene para que ninguna de las familias pueda huir.
Así, si un miembro de una familia encuentra a alguien dentro del campamento para obtiene permiso para irse, por ejemplo para ir al hospital, solo ese miembro de la familia podrá marcharse, pero el resto debe quedarse atrás para garantizar su regreso, según el director del campamento, en lo que se trata a todos los efectos de un secuestro de personas.