Leopoldo López ha vuelto a saludar. Esta vez acompañado de su mujer y su hija. El líder opositor venezolano quiere demostrar que está bien de salud, y que su liberación no responde a medidas humanitarias de un régimen, sino a la debilidad de un Maduro que quiere maquillar su situación. Después de 100 días de lucha en las calles, que han causado según el último balance 91 muertos, Leopoldo no da señales de dar marcha atrás.