Médicos del Mundo denuncia los efectos de los derribos en la salud mental de la población Palestina

"Mi hijo ha empezado a estar más agresivo, de peor humor. Habla mucho de la última demolición y sus notas han empezado a empeorar. Está siempre distraído y se siente continuamente amenazado", declara Nadia, madre de un adolescente de 19 años, en el informe.

Naciones Unidas contabilizó 1.196 demoliciones de edificios palestinos en 2016, una cifra que roza casi el doble que el año anterior. La zona más afectada es la parte de Cisjordania, a pesar de las condenas internacionales y la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre de 2016 que condenaba la ocupación israelí.

Médicos del Mundo ha advertido de que la experiencia de la demolición y la incertidumbre de que vuelva a ocurrir acarrea problemas sociales y psicológicos tales como ansiedad, estrés postraumático, agresividad, insomnio o retraso en el crecimiento infantil.

Los más afectados son los menores de edad y el informe cita el ejemplo de una escuela que ha sido demolida hasta en tres ocasiones en un año. Se trata del colegio de la comunidad beduina de Abu Nuwar. "Cada vez que oyen ruido de coches tienen miedo y los niños preguntan constantemente si el Ejército va a volver mientras ellos están en clase", relata una profesora del centro a Médicos del Mundo.

La ONG, que ha dado a conocer este jueves su informe 'Impacto de las demoliciones en la salud mental de la población palestina', pide al Gobierno español el reconocimiento de Palestina como un estado. En una reunión con el Intergrupo Parlamentario por Palestina, ha informado de la dificultad de los médicos y cooperantes de ejercer su labor, por la escasez de medicinas y las limitaciones de los cortes de suministros, consecuencia del bloqueo israelí.