Prisión preventiva para el capitán y el tripulante del barco naufragado

Hay quien no puede ni caminar para bajar del barco; hay quien cruza la pasarela aún con el miedo en el cuerpo; y hay quien aunque haya contribuído a la muerte de más de 800 personas no pierde la sonrisa de canalla como es el caso del capitán del desastre, un tunecino de 27 años, ahora detenido y a quien la justicia italiana culpa de haber hundido el barco. También han arrestado a su ayudante. Los dos tendrán que aclarar cómo llevaron a cabo la maniobra para que, como apunta la ONU el precario pesquero, con centeneres de inmigrantes como carga en su bodega, colisionó con el mercante portugués que iba a auxiliarles. A los 27 supervivientes que pueden contarlo porque se agarraron a los cuerpos de sus compañeros muertos les han recibido con flores. Pero no había alegría en sus rostros.  Frente al trauma de sobrevivir mientras todos mueren, la tranquilidad de otros inmigrantes de primera que pagan 8.500 euros por llegar a Europa en yate.