El legado de Mandela es un ejemplo de reconciliación y unidad para su pueblo

Cuando Mandela salió de la cárcel le habría bastado una señal para comenzar una guerra contra los blancos pero sólo entendía un camino posible: la reconciliación. Fue condenado a cadena perpetua por defender el uso de la violencia como respuesta a matanzas de las fuerzas de seguridad. Durante 27 años en la cárcel meditó una estrategia que cambiaría el país. De enemigo del Estado pasó a jefe de Estado en 1994. Nada era fácil. Blancos y negros estaban divididos y Mandela decidió usar el deporte nacional para unirlos. Lo recogió la película ‘Invictus’. Consiguió que el país apoyara a todo el equipo y terminaron ganando el mundial de rugby. En 1993 fue premiado con el Nobel de la paz, uno de los muchos reconocimientos que le esperaban. Cuando lo normal habría sido aferrarse a la presidencia, estuvo un mandato. Se casó por tercera vez a los 80 años y con el tiempo fue desapareciendo de la vida pública.