El OIEA denuncia el estancamiento de la investigación del programa nuclear iraní

En su informe más reciente sobre Irán, al que tuvo acceso Efe, el OIEA precisa que Teherán ha producido ya 1.339 kilos de uranio poco enriquecido (UPE), un 33 por ciento más que en febrero.

Un alto funcionario de la ONU dijo hoy en Viena, bajo la condición del anonimato, que la investigación "sigue estancada" y que desde febrero, cuando se emitió el último informe, "hubo muy poco progreso".

"Sigue habiendo varios asuntos pendientes que causan preocupación y que necesitan ser esclarecidos para excluir la existencia de posibles dimensiones militares en el programa nuclear de Irán", señalan los inspectores del OIEA en su informe.

EEUU y otros países han denunciado ante el OIEA con una serie de documentos confidenciales las supuestas intenciones de la República Islámica de desarrollar la bomba atómica, algo que Teherán desechó como falso.

Si Irán no permite el régimen de inspecciones sin aviso previo y no esclarece los asuntos pendientes, el OIEA "no será capaz de dar seguridades creíbles sobre la ausencia de material y actividades nucleares no declaradas" en ese país.

Otra alta fuente relacionada con la inspección del OIEA destacó en declaraciones a Efe que "en público y en privado, los responsables iraníes dicen que este asunto está cerrado".

Desde una ralentización registrada entre noviembre y febrero pasado, Irán ha aumentado su ritmo de instalación de centrifugadoras de gas para la producción de uranio enriquecido, un material especialmente delicado por su posible doble uso, militar y civil.

En estos momentos, los inspectores del OIEA han contabilizado más de 7.200 centrifugadoras de gas, de las cuales casi 5.000 ya producen uranio enriquecido.

En el último informe del pasado mes de febrero, el número de centrifugadoras era de unas 5.500 unidades, con casi 4.000 en pleno funcionamiento.

Por otra parte, el OIEA denuncia que Irán sigue adelante con la construcción de un reactor de agua pesada, que produce plutonio, otro material que sirve para la fabricación de bombas nucleares, sin permitir inspecciones de la ONU en ese lugar.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Junta de Gobernadores del OIEA exigen desde hace años que Irán suspenda todas sus actividades relacionadas con el enriquecimiento de uranio como una medida de confianza, algo que Irán rechaza.

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) temen que Teherán quiera hacerse con esa tecnología para poder construir en el futuro armas nucleares, por lo que el OIEA investiga desde hace ya más de seis años la naturaleza del programa nuclear iraní.

La República Islámica asegura que sus esfuerzos nucleares tienen sólo objetivos pacíficos como la generación de energía eléctrica.