La Policía investiga el extraño envenenamiento de unas 200 niñas en Afganistán

El suceso más grave tuvo lugar el pasado martes en la escuela femenina de Qazaak, en la provincia de Kapisa (este), donde unas 95 niñas sufrieron vómitos y desmayos tras oler "algo similar a pesticidas", dijo a Efe por teléfono la directora del centro, la señora Mossina.

Dos profesoras y 88 niñas fueron trasladadas a un hospital cercano, donde cinco de ellas llegaron a entrar en coma, aunque todas se han recuperado satisfactoriamente y sólo las más graves siguen ingresadas, dijo Mossina.

Un portavoz del Ministerio de Salud Pública, Farid Rashid, aseguró a Efe que al hospital llegaron 120 niñas -la mayoría con edades entre los 8 y los 15 años-, y que este es el tercer suceso de esta naturaleza sucedido en las últimas dos semanas.

El pasado lunes, 60 niñas fueron ingresadas con parecidos síntomas en la provincia vecina de Paswan, donde otras 40 chicas ya habían sufrido la misma suerte el pasado 27 de abril, declaró por teléfono Rashid.

El portavoz precisó, sin embargo, que en las muestras de sangre realizadas a las víctimas no se aprecia la presencia de ninguna sustancia venenosa, por lo que lo sucedido continúa siendo una incógnita bajo investigación.

La Policía está recabando datos sin que hayan aparecido sospechosos y, aunque los insurgentes talibanes han atacado en el pasado numerosos establecimientos femeninos de enseñanza, nadie ha reivindicado hasta el momento los hechos.

Un portavoz talibán contactado por Efe, Zabiullah Mujahid, dijo desconocer las intoxicaciones en Kapisa, una región donde también están muy activos los guerrilleros del "señor de la guerra" Gulbudín Hekmatyar, aliado de los insurgentes.

Tanto Hekmatyar como, sobre todo, los talibanes han mostrado en el pasado su oposición a la enseñanza femenina, que estuvo prohibida en el país durante su estancia en el poder (1996-2001) y es aún objeto de persecución por parte de los radicales.

En noviembre de 2008, dos hombres en moto arrojaron ácido a un grupo de niñas que acudían al colegio en la ciudad sureña de Kandahar, un feudo tradicional de los insurgentes. Dejaron ciegas a dos de ellas e hirieron a otras dos.

La señora Mossina aseguró que el suceso del gas misterioso ha causado un aumento del absentismo escolar en el colegio, que ella achaca a que algunas niñas siguen débiles y a que muchas tienen ahora miedo de acudir a las clases.