Reino Unido anuncia polémicas medidas para poner freno a los trabajadores extranjeros

La primera ministra británica, Theresa May, levanta la vista y la fija en ellos: en los trabajadores extranjeros del Reino Unido. El gobierno quiere ser con ellos el Gran Hermano, el ojo que todo lo ve. Para eso, propone en primer lugar obligar a las empresas a hacer listas con sus trabajadores no británicos. En segunda instancia, quiere eliminar el 37% de médicos extranjeros en la sanidad pública. Y por último, deja en un limbo lo que pueda pasar con los 2 millones de ciudadanos de la Unión Europea que viven allí, entre ellos 200.000 españoles. Para algunos británicos el nuevo discurso es "pura xenofobia", una epidemia que se expande desde el referéndum de junio. Quizá el gobierno conservador va de farol. Quizá solo quiere presionar de cara a las negociaciones del 'brexit', ¿o quién sabe? ocupar el espacio de un partido moribundo: el xenófobo de UKIP. En cualquier caso, con este caldo de cultivo, en Reino Unido y en media Europa, son muchos los que comienzan a asustarse.