La facción del SPLM-IO liderada por Taban Deng Gai anuncia su disolución y pide ser reintegrada

En su comunicado, recogido por la emisora local Eye Radio, Gai ha subrayado que disuelve su grupo en línea con el Acuerdo de Arusha, firmado en 2015.

Así, ha reclamado al nuevo jefe de las Fuerzas Armadas, Gabriel Jok Riak, que acelere el proceso de integración de sus fuerzas en el Ejército del país africano.

"La integración de las fuerzas en el Ejército debe ser aplicada. Es responsabilidad del presidente (Salva Kiir), y enviaremos una lista con las fuerzas para la reintegración", ha manifestado, según ha informado la emisora Radio Tamazuj.

Deng Gai sustituyó en 2016 al líder rebelde, Riek Machar, después de que huyera de Yuba a raíz de un nuevo brote de violencia, pese al acuerdo alcanzado con Kiir para volver a su puesto de vicepresidente del país.

El mandatario afirmó el viernes que "perdona" a Machar y pidió que regrese a la capital, al tiempo que garantizó su seguridad en ese caso.

"Lo que estamos haciendo es un perdón. Riek es ciudadano de Sudán del Sur y volverá", dijo, en el cierre de la conferencia del SPLM sobre su reconciliación el viernes.

Así, defendió el regreso a Yuba del líder rebelde --quien se encuentra en Sudáfrica-- y resaltó que "garantiza su seguridad". "Le protegeré con el Ejército. Yuba es el lugar donde nos reuniremos y hablaremos con él", afirmó.

La facción del SPLM-IO liderada por Machar tildó el propio viernes de "farsa" el congreso para la reunificación del SPLM.

Los encuentros arrancaron con el objetivo de reunificar el partido a partir de la base establecida en el Acuerdo de Arusha, firmado el 21 de enero de 2015 por Kiir, el propio Machar, y la facción de Antiguos Detenidos (SPLM-FD), encabezada por Pagan Amum.

El SPLM se dividió en diciembre de 2013, lo que derivó en la guerra civil después de que Kiir cesara a Machar de su cargo como vicepresidente del país.

En el marco del conflicto han surgido otros grupos rebeldes que se han hecho fuertes en diversas partes del país y que mantienen una relación laxa con el mando de Machar, quien se encuentra en Sudáfrica.

Un tercio de los doce millones de habitantes de Sudán del Sur se han visto obligados a abandonar sus hogares, incluidos más de dos millones que han buscado refugio en los países vecinos.

Naciones Unidas ha alertado en varias ocasiones de la posibilidad de un genocidio en el país, debido al cariz étnico que parece estar tomando el conflicto.