Investigan los últimos movimientos realizados por el terrorista de Manchester

Salman Abedi canina por el centro comercial con la mochila que acaba de comprar en la espalda. Lleva la etiqueta todavía colgando. En ella introducirá la bomba que hará explotar tres días después en el Manchester Arena. Los investigadores comprueban que se trata de un modelo de una conocida marca británica, y coincide con los restos encontrados en el lugar de la explosión. Los distintos elementos del artefacto, desde la metralla a la batería, permiten deducir que se trata de una bomba bastante "potente". Llama la atención un detonador poco habitual, que permitiría activar el explosivo a distancia. La policía rastrea un viaje que Abedi realizó a la ciudad alemana de Dusseldorf cuatro días antes del atentado. La tarde del lunes la pasó en un apartamento del centro de Manchester. Los vecinos del edificio aseguran que de allí salía un fuerte olor a explosivos. ¿Pero qué llevó al chico tímido al que llamaban ‘Dumbo’ por sus orejas a convertirse en terrorista? Todas las pistas llevan a otro joven, Raphael Hosley, el mayor reclutador de yihadistas del sur de Manchester. Se cree que radicalizó a su amigo Salman antes de morir hace un año en un bombardeo en Siria.