Un año después de los atentados, Bélgica continúa en estado de alerta

Lágrimas y abrazos reconfortantes en el aeropuerto de Zaventem. Sus trabajadores forman una cadena humana frente a la terminal donde hace justo un año dos explosiones causaban este horror. Aplausos cargados también de emoción en la estación de metro de Maelbeek, el otro escenario de los atentados. Allí, el rey y el primer ministro escuchan a la viuda de una de las víctimas. Les dice que la vida de los belgas ha cambiado, porque han tenido que aprender a vivir con la amenaza del terror.

La presencia constante de policías y militares en las calles demuestra que la alerta continúa. Sólo en el barrio de Molenbek, uno de los principales reductos yihadistas de Europa, se han descubierto cincuenta asociaciones con lazos terroristas. Otro dato preocupante: de los 46 retornados en los últimos meses desde Siria, solo cinco están bajo vigilancia.