La carta abierta de una enfermera británica tras perder a un paciente por covid se vuelve viral en la Red
Vicky Neville, enfermera de la UCI del hospital de Warrington, escribió el texto viral
Una enfermera británica ha compartido su angustia por perder a uno de sus pacientes con coronavirus en una carta abierta mientras el país continúa luchando contra la pandemia. La protagonista, Vicky Neville, quien trabaja en la sala de cuidados intensivos del hospital de Warrington, Inglaterra, escribió su relato sin saber que, horas más tarde, se convertiría en una sensación viral.
La carta, que cuenta el transcurso de toda una jornada, describe su angustiosa decisión de volver temprano al trabajo después del permiso de maternidad, para poder unirse a sus colegas en la primera línea contra la covid, según informa Liverpool Echo. Numerosos usuarios han reaccionado al texto en redes sociales.
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"Ser una enfermera de la UCI no es para los pusilánimes, especialmente frente a una pandemia. El trabajo es bastante difícil. Pero tengo la suerte de trabajar en un lugar fantástico, un lugar que durante la primera y la segunda ola han demostrado resistencia y perseverancia. Hemos salvado muchas vidas y, lamentablemente, también las hemos perdido en el camino, incluido nuestro propio personal", señala la enfermera en el documento.
"Estoy de vuelta en la unidad con el equipo de protección personal completo. Mi colega me dice que el apoyo de mis pacientes está aumentando y que han llamado a los médicos; comenzamos más medicamentos cardíacos", explica Neville.
"Sus niveles de oxígeno son realmente bajos y no tengo a dónde ir con la configuración del ventilador. Tengo la tarea no deseada de llamar a los familiares de mi paciente, su esposa. Le he explicado que su esposo se ha deteriorado y que pueden entrar. Me ha dicho que no pueden entrar porque ellos mismos están enfermos con covid19 y no hay nadie más lo suficientemente cerca que pueda venir. Los he escuchado llorar y debo contener las lágrimas, les dije que estaba con su marido y que no lo iba dejar. No lo dejé, me quedé a su lado tres horas", continúa la enfermera.
"Le realizaron maniobras de reanimación, pero su cuerpo no aguantó y murió. Mi visera estaba empapada de lágrimas, le sostuve la mano con los guantes. Tenía 57 años, la misma edad que mi madre. Tuve que llamar a su esposa, ya que los médicos estaban en otra emergencia. Ante su sollozo, le expliqué cómo hicimos todo lo que pudimos, y lamenté mucho su pérdida. Posiblemente es la peor llamada que he hecho. Nos agradeció todo por nuestro esfuerzo, lo que me rompió el corazón. No pudimos hacer nada por salvarle y ella estaba sola. No pudo tomar su mano para despedirle", destaca la sanitaria.
"Hice la última atención para mi paciente. Le quité la alianza y la metí en un plástico para entregárselo a su mujer. No he podido evitar pensar en mi propia pareja y mi familia y en cómo necesito su cariño y sus abrazos. Mi compañero me puso la mano en la espalda y me preguntó si estaba bien. Agradezco su apoyo", precisa.
Vicky termina de trabajar y llega a casa a las 20 horas 30. "Finalmente, a las 21 de la noche, he abrazado a mi bebé, que lleva horas dormido. Un día voy a necesitar hablar de todo esto. Pienso con ansiedad si mi propia boda el próximo año se puede cancelar y si mi cuerpo va a poder soportar física y mentalmente. La segunda ola está en progreso y necesito ser lo suficientemente fuerte para luchar un poco más", concluye la enfermera británica.