Un explorador noruego sobrevive al ataque de un oso polar
Los dos noruegos que tratan de convertirse en los primeros kayaquistas en remar 1.250 millas alrededor del archipiélago ártico, sabían del peligro que corrían.
Por eso habían protegido su tienda con un sistema de cables que lanzaba una bengala de alerta en caso de que alguien intentara entrar. Sin embargo, no saben qué pudo ocurrir. pero el hombre despertó con el depredador terrestre más grande del planeta delante de su cara.
El animal lo arrastró fuera de la tienda sujetándolo por la cabeza con su boca y solo la sangre fría de su compañero de expedición lo salvó.
El oso arrojó el cuerpo de Nielssen de un lado a otro, zarandeándolo, una técnica que usualmente utilizan para aturdir a sus presas.
Los colmillos del plantígrado atravesaron uno de los pulmones del chico y dañaron una de las arterias del cuello. Nilssen trató de usar su escopeta, pero estaba dañada.
Su compañero también tenía un arma cargada, pero temía que al disparar pudierar hacer daño a Nilssen.
"Lo tenía a unos 20 o 25 metros", cuenta Ludvig Fjeld, amigo del superviviente, y si fallaba podía matarlo". Al final, disparó una vez y otras cuatro para asegurarse de que el oso estaba muerto.
Nielssen fue trasladado de urgencias a un hospital y sometido a una operación que duró tres horas. Él sabe lo afortunado que es, al ser una de las pocas personas que sobrevive al ataque de un oso.