Florence deja un rastro devastador tras su paso por Carolina del Norte

Al menos seis personas muertas, cientos de miles de evacuados y cerca de un millón de personas sin electricidad. Las consecuencias del ciclón Florence, convertido en tormenta tropical, han sido devastadores tras su paso por Carolina del Norte. Vientos superiores a los 140 kilómetros por hora y lluvias torrenciales dejan a su paso un escenario dantesco de casas inundadas, techos arrancados, árboles caídos...

Florence ha desbordado a todos, incluso a los animales fuera y dentro de su medio. Los equipos de rescate han puesto a salvo a 300 personas, pero la virulencia de la tormenta deja seis víctimas mortales. En Wilmington este árbol ha aplastado esta vivienda y ha acabado con la vida de una mujer y su hijo. Las otras víctimas son dos hombres, uno ha muerto electrocutado y otro a causa del viento. Una quinta persona ha fallecido por un ataque cardíaco cuando se encontró atrapada por varios árboles. "Todo es un caos, catastrófico", dice un vecino.

Los bomberos explican que los árboles caídos se han llevado por delante el tendido eléctrico. Florence ha dejado a oscuras a casi un millón de personas en las dos Carolinas, mientras continúa su avance con menos intensidad, 45 kilómetros por hora, una velocidad que alguno se atreve a desafiar. La lluvia es ahora la principal amenaza para muchas comunidades. "Nos enfrentamos a muros de agua", advierten las autoridades.

En Carolina del Norte están previstas crecidas de los ríos superiores a las que provocó el huracán Matthew. Y si estas lagunas de residuos porcinos se desbordan, el estado puede convertirse en un cementerio de heces.