Heidi Richard tuvo que insistir para que detectaran su cáncer: achacaban sus problemas estomacales al estrés
Heidi Richard, de 47 años, acudió al médico en varias ocasiones y le diagnosticaban estrés o ansiedad
En abril de 2020 recibió el varapalo: linfoma difuso de células B grandes en etapa 4
Richard, tras someterse a quimioterapia y recibiendo inmunoterapia, participará el 18 de abril en la maratón de Boston
Heidi Richard es todo un ejemplo de superación. En la primavera de 2019 comenzó a sentir por las noches fuertes dolores de estómago, vómitos y sudores. Cuando acudió al médico, le realizaron unos análisis de sangre y le dijeron que era joven y que sus problemas estomacales probablemente "se deban al estrés o la ansiedad". Le dieron un antiácido y le mandaron para casa.
Richard siguió teniendo dolores y vómitos, le resultaba imposible comer pese a sus esfuerzos y, sin querer, perdió casi 14 kilos. En verano de ese mismo año, regresó al doctor y pensaron que tenía mononucleosis. Las pruebas lo descartaron. El médico reiteró que se trataba de ansiedad, por lo que le recetó un medicamento para ello y que siguiera con el que tomaba para el reflujo ácido.
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Finalmente, y tras mucho insistir, a esta madre y maestra de escuela primaria en Worcester, Massachusetts (EEUU), le diagnosticaron un cáncer avanzado del sistema linfático. Después de un tratamiento agotador, Richard, a sus 47 años, se está preparando para correr la maratón de Boston, según ha contado a 'Today'.
Richard, que ha corrido desde muy joven, explica que, en febrero de 2020, estaba entrenando para la maratón de Providence cuando comencé a notar fatiga. No podía seguir el ritmo del grupo y me dolía mucho la espalda. Empecé a tener algo de hinchazón en un lado de mi cuello. El médico afirmó que era un desgarro y me mandó un relajante muscular. Fue entonces cuando dije: "No, quiero algún tipo de prueba de imagen".
"Pedía que alguien me escuchara. Fue frustrante"
Una tomografía computarizada mostró algo sospechoso, lo que condujo a una biopsia. En abril de 2020, le diagnosticaron linfoma difuso de células B grandes en etapa 4, un tipo de linfoma no Hodgkin. Estaba por todas partes: abdomen, bazo, médula ósea, esternón, pulmones, ingle y cuello.
Una masa en su abdomen empujaba los intestinos hacia un lado, por eso tenía esos dolores de estómago. "A menudo me pregunto si me habrían tomado más en serio si fuera hombre. Los doctores aseguraban una y otra vez que "es ansiedad, no puedes manejar el estrés de tu trabajo o estás exagerando. No es un gran problema". Siento que no me hubieran comentado esas cosas si hubiera sido un hombre", lamenta.
"Y les creí, aunque sabía que algo no estaba bien. Siempre pedía que me vieran o que alguien me escuchara. Fue frustrante", destaca Richard.
"A veces pienso en: ¿Y si no hubiera exigido esa prueba de imagen? Podría haber ido aún más lejos, y tal vez no habrían podido hacer nada. No hay que tener miedo a pedir una segunda opinión o una prueba, a padecer un hipocondríaco. Por suerte hablé cuando lo hice. Uno es quien más se conoce a sí mismo y si no se siente lo mejor posible, debe defenderse", señala.
Richard está convencida de que acabará la maratón de Boston
"Tuve que someterme a quimioterapia durante varios meses y luego tuve un trasplante autólogo de células madre en enero de 2021. Ahora recibo inmunoterapia, que ayuda al sistema inmunológico para matar las células cancerosas. Cada tres semanas recibo una transfusión que dura unas tres horas. Estoy realmente cansada durante unas 48 horas y me duelen las articulaciones", explica.
Richard participará el 18 de abril en su primera maratón de Boston. "He hecho el entrenamiento. Me siento preparada en ese sentido. Estoy un poco "nerviosa", que es una palabra que usa mi hija cuando está emocionada por algo. No soy una corredora tan rápido como solía ser. Me canso más fácilmente, así que tengo que hacer pausas para caminar. Pero pase lo que pase, sé que voy a terminar", subraya.