La intensificación de la violencia en Yemen provoca 32.000 nuevos desplazados en dos meses

A finales de noviembre, estallaron enfrentamientos en Saná, la capital, entre los rebeldes huthis y las fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé, hasta entonces aliados, que cesaron después de que este fuera asesinado por los huthis tras romper su alianza con ellos.

A raíz de este suceso, estallaron enfrentamientos en Hodeida, donde murieron al menos 113 personas, y de donde proceden la mayoría de los nuevos desplazados, según ACNUR. También ha habido desplazados en torno a la línea de frente en Al Shabwah.

Actualmente, más de 22 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, casi tres cuartas partes de la población, y más de tres millones de han visto desplazadas de sus hogares desde que estalló el conflicto, y solo un tercio han podido regresar.

"Con la intensificación de las hostilidades, no solo tenemos que responder a los nuevos desplazamientos con cada vez más familias que huyen, sino que también tenemos que responder al desplazamiento prolongado", ha subrayado el representante de ACNUR en Yemen, Ayman Gharaibeh. "Cada día que se prolonga la guerra significa otro día lejos de sus casas para quienes ya están desplazados", ha lamentado.

De los dos millones de yemeníes que continúan desplazados, casi el 90 por ciento llevan fuera de sus casas desde hace más de un año, lo que ha agotado sus recursos y los de las comunidades locales que les han acogido en un momento en el que el país está al borde de la hambruna.

La llegada del invierno al país, donde se registran temperaturas bajo cero en algunas provincias, ha empeorado la ya de por sí dura situación de los desplazados, especialmente de quienes viven en asentamientos informales expuestos a las inclemencias y sin apenas protección contra el frío.