Paradaise, la zona cero de los incendios de California, vive dos milagros
telecinco.es
30/11/201820:07 h.Los desastres pueden sacar a relucir el lado más humano de los seres humanos. Es lo que ha ocurrido en California, precisamente en la zona cero de los incendios que la desolaron hace unas pocas semanas. No por casualidad la localidad se llama Paradaise.
En ella se han producido dos milagros solidarios. Porque puede considerarse como tal que una profesora convierta su propia casa en una escuela provisional para los alumnos más pobres que habían perdido la esperanza de seguir dando clase.
#DEVELOPING Southern California businessman Bob Wilson explains why he flew to Chico to give $1000 checks to students and staff at #Paradise high. “High school was the most carefree time of my life...” #Campfire #abc7now pic.twitter.com/4OxbfOsd8N
— Laura Anthony (@LauraAnthony7) 27 de noviembre de 2018
El comedor se convierte en la zona de lectura, las matemáticas tocan en un rincón de la cocina…. Es la solución de Sheri para no perder más clases. El fuego destruyó ocho de los nueve colegios de esta localidad estadounidense y gran parte de esta veintena de alumnos también ha perdido sus casas. 88 personas murieron en el devastador incendio y hay 158 todavía desaparecidas. No es el único acto solidario que ha vivido esta localidad.
Bob Wilson ha dado también un paso al donar mil dólares a 982 alumnos, los más pobres de la zona para que puedan seguir estudiando en la Paradise High School, donde muchos de ellos comían gratis. También dio 1.000 dólares a 105 de los empleados de la escuela. Al final más de un millón de dólares de donación.
BuzzFeed News estuvo cara a cara con él y los alumnos que no paraban de darle abrazos y agradecer su gesto. Wilson no dudó ni cinco minutos en donar parte de su dinero a los más afectados por los incendios al ver sus consecuencias en Los Angeles Times. Allí leyó cómo las familias de estos chicos habían perdido lo poco que tenían: su hogar. “Algunas de las mejores experiencias de mi vida las viví en la escuela secundaria y me rompía el corazón pensar que ellos no tendrían la posibilidad de vivirlas. Lo dicho, dos milagros.