El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, usó las redes sociales, esas que previamente había censurado, para provocar una movilización masiva de ciudadanos en las calles y parar así el golpe de Estado de parte de su Ejército. Incluso conectó en directo con el canal CNN. Y sus ciudadanos le hicieron caso. Salieron a la calle sin armas, sólo con sus teléfonos móviles, con los que registraron cómo poco a poco iban parando a los insurgentes y animando a más gente a participar.