El Papa reúne a casi 200 obispos para atajar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia

Se acabó la ocultación de los abusos sexuales en la Iglesia católica. "Una plaga", en palabras del Papa Francisco, ante la que hay que actuar: "Ya no se espera de nosotros una simple condena, sino medidas concretas y eficaces", señala el sumo pontífice. Los ciento noventa religiosos presentes han tomado nota y han visto emocionarse al cardenal filipino Luis Tagle, al hablar del sufrimiento de los inocentes. Una reacción que, para muchas de las víctimas, llega tarde: "Lo tenían que haber hecho hace treinta años, si lo hubiesen hecho hace treinta años muchas víctimas no hubiésemos sido abusadas, como es mi caso". El español Miguel Hurtado, que denunció los abusos de un fraile de Monserrat, salía decepcionado de la reunión con la delegación del Vaticano. Al igual que otras víctimas, exige que la propia Iglesia denuncie los abusos ante la justicia: "Tiene que haber una renovación completa de obispos. Los que se tienen que ir a la cárcel que se vayan a la cárcel". Esperan que se pase de los gestos -como este beso en la mano del Papa a una víctima polaca, a los hechos.