Un vídeo recoge la brutal agresión a una mujer antes de que aparezca muerta

De acuerdo con el informe de la Policía brasileña, Tatiane Spitzner encontrada muerta el pasado 22 de julio en la calle Senador Pinheiro Machado, en Sao Paulo, los agentes recibieron la información de que una mujer "habría saltado o fue arrojada desde el balcón de un edificio, cayendo en la acera".

Hasta ese momento, la primera hipótesis es que la abogada se había suicidado debido a una depresión que pasaba por su divorcio. Sin embargo, la Policía detuvo a su esposo Luis Felipe Manvalier después de que este tuviera un accidente de tráfico en San Miguel de Iguazú.

Al principio, Manvalier solo se encontraba detenido como sospechoso ya que declaró que no sabía lo que había pasado con su pareja porque "nunca estuve ahí". Pero el testimonio clave de algunas personas indicaron que vieron a un hombre arrojando a la mujer desde el balcón del edificio.

Aunque la agresión se produjo el día 22 de julio, los medios de comunicación del país revelaron hace unos días las duras imágenes donde se puede apreciar la brutal paliza que Spitzner sufre a manos de su marido desde que se baja del vehículo hasta que se mete en el ascensor de su domicilio. En su interior la abogada es agredida constantemente y zarandeada de un lado a otro como su fuese un muñeco.

Minutos después se ve al hombre con la camisa ensangrentada y agarrándose la cabeza de desesperación. Incluso se agacha y empieza a llorar, pero lejos de ayudar a Spitzner, que en ese momento ya estaba muerta y en el pavimento, el hombre vuelve al departamento para cambiarse y limpiar cualquier rastro de sangre o huellas de él que lo puedan involucrar con el crimen.

Indignación en la sociedad brasileña

Desde que se conociera la grabación en blanco y negro que fue emitida en un programa muy popular de la televisión local, la sociedad brasileña ha protagonizado un debate nacional sobre la violencia doméstica en el país, donde casi un tercio de las mujeres afirman haber sufrido algún ataque. Además, según una encuesta de 2017, más de la mitad de los atacantes eran sus parejas actuales o anteriores.