Los refugiados iraníes de Ashraf denuncian abusos e intentos de secuestro durante la operación de desalojo

Los refugiados iraníes del campamento de Ashraf (cerca de Bagdad) han denunciado que miembros del Ejército iraquí y de la Guardia Revolucionaria de Irán han herido este pasado sábado a al menos una decena de desplazados durante la operación de desalojo

La decisión para realojar a los refugiados fue acordada en febrero por el Gobierno de Irak, Naciones Unidas y la Organización Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI), enemiga del régimen iraní, y a la que pertenecen la mayor parte de los exiliados.

Actualmente queda en el campo un pequeño número de residentes después de que ayer saliera el último gran grupo de refugiados, unos 680, con destino a la base de Camp Liberty (al noreste del aeropuerto de Bagdad). Precisamente durante este último traslado, según informó el PMOI en un comunicado, oficiales iraquíes intentaron secuestrar a algunos de los desplazados, quienes fueron golpeados con piedras y barras de metal.

El PMOI informa de una decena de heridos por contusiones, algunos de los cuales han sido hospitalizados en Bagdad. Entre los responsables de los ataques se encontraría el capitán del Ejército iraquí Heydar Azab Mashi, imputado por la Audiencia Nacional española en el marco de la investigación sobre un ataque militar al campamento en julio de 2009 que dejó 11 muertos. Esta información no ha podido ser verificada de manera independiente.

El PMOI, que combatió con las fuerzas de Sadam Husein en la guerra de Irak contra Irán, ya no es bienvenido en Irak tras el derrocamiento del dictador iraquí en 2003. Sus integrantes no pueden regresar a Irán, donde son considerados una organización terrorista.

Tras el desalojo de ayer, "solo queda un pequeño grupo de los 3.280 residentes que contenía el campamento", según informó el representante especial de Naciones Unidas en Irak, Martin Kobler. Ya en Camp Liberty, los residentes recibirán el estatus oficial de refugiados según la ONU para su realojamiento en otros países. Sin embargo, los desplazados ya han expresado su malestar por las, a su entender, insalubres condiciones de la base.