El alcalde de Alburquerque (Badajoz) advierte de que "por mucho que manipulen" no abandonará la huelga de hambre

"Vuelvo a repetir que por mucho que me ataquen, por mucho que los culpables de que esté aquí manipulen todo y digan que lo deje, sé lo que estoy haciendo y no voy abandonar mi lucha, sea mi situación la que sea", ha aseverado el alcalde de Alburquerque.

Vadillo inició el pasado 19 de marzo una caminata reivindicativa a pie con el objetivo de que el gobierno "diera marcha atrás" en el decreto que, ha explicado el Ayuntamiento de Alburquerque en nota de prensa, "supuso la pérdida" para su localidad de cinco proyectos de energía termosalar capaces de producir 250 megavatios.

Una normativa, ha señalado el consistorio, que suponía "una sentencia de muerte para su pueblo" y también para la región. La administración local ha destacado que Vadillo se encuentra "visiblemente más agotado" y con una pérdida de peso "notable" que hace que cada día le cueste "más responder a todos los frentes que se le abren".

En este sentido, el ayuntamiento, haciéndose eco de las palabras de Vadillo, ha explicado que el alcalde tiene pendiente escribir "varias respuestas". "A la que tengo pendiente de Valentín García ahora se suma la de Monago después de lo dicho refiriéndose a mí y a las termosolares", ha destacado, Vadillo, en la televisión pública extremeña.

Ángel Vadillo ha aseverado que resulta difícil "aguantar tanta manipulación" y que él ya lleva "aguantada demasiada" al mismo tiempo que ha indicado que intentar "ser coherente este país es tener un problema".

El consistorio de este municipio pacense ha informado que el primer edil continúa "quemando su último cartucho" este miércoles pero esta vez su furgoneta no se encuentra frente a las puertas del Ministerio de Industria debido la llegada de los mineros al Paseo de la Castellana.

De este modo, ha manifestado que Vadillo ha cambiado provisionalmente su lugar de reivindicación y que ahora se encuentra sentado en un banco al otro lado del parque en el mismo Paseo de la Castellana, a la altura del mismo ministerio.