Prisión incondicional para la marroquí que quiso unirse al Estado Islámico

La joven yihadista Samira Yerou, de 23 años, ha estado muy lejos de mostrarse convincente ante el juez. Ha tratado de justificar su acercamiento a los terroristas de Estado Islámico tras ser desahuciada de su domicilio. Su entusiasmo yihadista, captado en una conversación telefónica intervenida durante su detención en Turquía, lo ha justificado en su afán de convencer a los terroristas de que ella era de los suyos. En esa conversación, Samira, junto a su hijo de tres años, habla con Omar, uno de los líderes terroristas. Ella le pasa el teléfono al niño y le pide que diga al terrorista quiero ir contigo. El niño lo repite. El terrorista, entusiasmado, contesta, venga, vente. A Samira le sabe a poco. y pide a su hijo de tres años que diga degüello al policía y voy. El niño también lo repite para regocijo de la madre, que le pregunta cómo lo va a hacer. La truculenta historia, frustrada por la policía turca, comenzó el pasado 16 de diciembre. Samira viajó con su hijo desde Barcelona a Estambul. Allí fueron recibidos por correos del Estado Islámico. Junto a otros candidatos a cruzar la frontera, fueron trasladados hasta la localidad de Gaziantep. En una siguiente etapa, fueron trasladados a un piso franco ubicado en Kilis, localidad fronteriza con Siria. Allí la Policía puso fin al viaje de Samira