Bélgica analiza la enésima fórmula para superar la falta de gobierno

El mediador del rey de Bélgica para la formación de un nuevo Ejecutivo, Johan Vande Lanotte, presentará personalmente su plan a los presidentes de los partidos que participan en las discusiones esta noche, según la agencia de noticias Belga.

Desde ese momento hasta el miércoles, los partidos deberán decidir si consideran el texto una base válida para retomar las negociaciones interrumpidas hace cuatro meses.

Los partidos flamencos afectados ya han fijado reuniones de sus ejecutivas para este martes y el miércoles para analizar el proyecto de Vande Lanotte, mientras que las formaciones francófonas esperan a conocer el contenido antes de convocar una reunión.

La versión definitiva del informe hará alusión a la reforma de la ley de financiación federal, la transferencia de competencias a las regiones, la financiación de Bruselas y la suerte del distrito periférico de la capital Bruselas-Halle-Vilvoorde (BHV), objeto de disputas entre francófonos y flamencos desde hace décadas.

Las formaciones políticas belgas desean acordar las principales líneas de este contencioso que enfrenta a las dos principales comunidades del país antes de fraguar fórmulas de gobierno.

Una vez presentada la propuesta, las opciones son tres, según el diario local "Le Soir": un improbable consenso inmediato sobre el proyecto de reforma, la más probable continuación de las negociaciones o una ruptura de las conversaciones, que llevaría a una nueva celebración de elecciones anticipadas.

Esta última posibilidad acarrearía nefastas consecuencias para la imagen de la economía belga, que empieza a ser citada como "la Grecia del norte" por su abultado nivel de deuda, aunque la continuación de las negociaciones tampoco sería fácil, pues implicaría la designación de un negociador con capacidad de lograr un consenso, que hasta ahora se ha probado imposible.

El socialista flamenco Vande Lanotte se ha mostrado abierto a incluir modificaciones en el texto, a sabiendas de las escasas probabilidades de que éste suscite un súbito acuerdo.

En este sentido, para evitar los bloqueos estériles de los últimos meses, Vande Lanotte ha pedido que el partido que se oponga a cualquier punto, se comprometa a proponer una opción sustitutoria en su lugar.

Bélgica cumplió el pasado jueves 200 días sin Gobierno desde la celebración de las elecciones generales de junio, batiendo su propio récord, establecido en 194 días tras los comicios de 2007.

Con anterioridad, las fuerzas belgas necesitaron 148 días para formar Gobierno en 1987; 106 días en 1978 y 103 días en 1991.

En esta ocasión, a las tradicionales dificultades para lograr consensos entre francófonos y flamencos, se suma la victoria en las últimas elecciones de los soberanistas del N-VA, partidarios de la independencia de Flandes, que ha distanciado todavía más a esas comunidades lingüísticas.

Desde los comicios, el rey Alberto II, uno de los pocos elementos de unidad entre los belgas, ha encargado cinco misiones de "conciliación", "mediación", "pre-formación" y "clarificación" para tratar de acercar posiciones entre los partidos.

La última, y de momento la más exitosa, ha sido la de Vande Lanotte, ya que ha conseguido sentar a todas las partes en torno a un mismo texto sobre la Ley de Financiación.

Durante estos 200 días sin gobierno, incluido el semestre de presidencia belga de la Unión Europea (UE) que acaba de concluir, las decisiones han sido adoptadas por el Ejecutivo en funciones, liderado por el primer ministro saliente, el democristiano flamenco Yves Leterme.

Sin embargo, el gobernador del Banco Nacional de Bélgica (BNB), Guy Quaden, pidió el mes pasado la rápida formación de un nuevo Gobierno federal para mantener la credibilidad ante la UE sobre la capacidad del país de reducir el déficit público.