Birmania prosigue el recuento electoral bajo el estado de excepción

Tras la escasa participación electoral del domingo, la Junta Militar declaró el estado de excepción durante 90 días para evitar manifestaciones políticas, según informaron los medios de la disidencia.

Gran parte de los grupos opositores han criticado el proceso electoral por la falta de transparencia y los 2.100 prisioneros políticos que hay en el país, incluida la líder opositora y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Para ser los primeros comicios que se celebraban en 20 años y a pesar de que suponen un hito en la historia de la democracia, según la Junta, los birmanos demostraron en general poco entusiasmo por ir a votar.

A las elecciones no concurre la Liga Nacional por la Democracia, que con Suu Kyi al frente, ganó de forma aplastante en los comicios de 1990, y cuyo resultado jamás han reconocido los generales.

Suu Kyi, que ya ha pasado confinada en su vivienda de Rangún 15 de los pasados 21 años, cumple los últimos de días de una pena de 18 meses de arresto domiciliario, que en teoría expira el próximo día 13.

La líder opositora, así como otras fuerzas de la oposición, decidieron boicotear las elecciones por considerar que éstas eran una maniobra de la Junta para perpetuar a los militares en el poder.

A medida que se fue aproximando la votación, el régimen aumentó la intimidación sobre sus detractores, reforzó la censura, y se esforzó para aislar el país, bloqueando el acceso a internet y las telecomunicaciones.

La tensión también aumentó en las regiones de las minorías étnicas, donde las principales guerrillas han establecido una alianza en caso de una ofensiva del Ejército birmano.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de visita oficial en India, dijo que "las elecciones no pueden ser creíbles" con un régimen que rechaza el diálogo con la oposición y suprime las libertades más básicas de expresión y reunión.

El Gobierno birmano, uno de los más opacos y represivos del mundo, no ha anunciado cuando hará públicos los resultados de los comicios, aunque todo apunta a que los partidos afines al régimen obtendrán una fácil victoria.