Un juez absuelve a un detenido de Can Vies en Barcelona y señala "contradicciones" en la versión policial

"No ha resultado probado que el acusado fuera alguna de las personas que lanzaron algún objeto contra el furgón policial y, menos aún, que llegara a lanzar algún objeto contundente contra dicho furgón", concluye la sentencia del Juzgado de lo Penal 27 de Barcelona a la que ha tenido acceso Europa Press.

Tres mossos dijeron en juicio que pudieron identificar a Daniel G., de 21 años, porque no le perdieron de vista desde que lanzó el objeto, pero el juez lo pone en duda "ante la evidencia de que es imposible seguir simultáneamente con la vista a 20 individuos a la vez" que estaban en ese lugar y muchos de ellos encapuchados.

Los agentes lo detuvieron porque cayó al suelo y en juicio coincidieron en señalar que se dirigieron a él para detenerlo "porque tuvo la mala suerte de caerse mientras huía a la carrera".

El juez señala la contradicción de uno de los agentes que aseguró que el acusado había lanzado una piedra pero precisó después "que desde el interior del furgón no se puede apreciar cuál fue el concreto objeto lanzado".

Otro de los agentes manifestó que no sabía qué objeto concreto lanzó el acusado, al contrario de lo que recogieron en la minuta policial donde "identificaron al acusado como la persona que había lanzado la piedra".

También alude a la contradicción de otro mosso que hizo referencia a que el acusado había lanzado varias piedras contra el furgón y luego precisó que fueron dos, "apartándose de los consignado en la minuta policial", en la que se recogía que había sido una.

El juez considera que todo esto bastaría para absolver al acusado, pero añade que, aunque se pudiera probar que Daniel G. hizo alguno de los lanzamientos, no es posible saber de entre todos los objetos que impactaron cuál lanzó él, "lo que impide al mismo tiempo asegurar que ese eventual objeto fuera contundente o peligroso".

SE ENFRENTABA A 5 AÑOS Y 10 MESES

La fiscal pedía cinco años y diez meses de cárcel al acusarle de desórdenes públicos --por su participación "activa" en los incidentes-- y por un atentado con instrumento peligroso con el agravante de disfraz, ya que supuestamente iba tapado con un gorro de lana.

En su interrogatorio en el juicio, el acusado negó haber tirado nada a las furgonetas ni haber participado en los incidentes, ni ir vestido con un gorro negro, y ha asegurado que cuando vio que en la calle de Sants empezaron los disturbios intentó irse para casa, tras haber asistido a la manifestación junto a un amigo con el que había cenado.