Condenado por intentar matar a un hombre para que no declarara en su contra en un juicio por abusos

Según ha declarado probado en la sentencia, otra sección de la Audiencia tramitaba una causa por un delito de agresión sexual contra el procesado, en el que estaba como acusación particular el perjudicado, padre de la víctima y que era, además, testigo en el juicio que se iba a celebrar.

Así, unos días antes de la celebración de esa vista oral, en marzo de 2014, el acusado cogió una escopeta, una pistola, munición y un cuchillo, y se fue a la casa del testigo, ubicado en Málaga capital, con el fin de "acabar con su vida", señala la resolución dictada, a la que ha tenido acceso Europa Press.

Asimismo, actuó "como represalia por su actuación en dicho procedimiento" y para "evitar que pudiera intervenir en el inminente juicio". Así, preparó la escopeta "para dispararla de manera sorpresiva en cuanto abriera la puerta", tras lo que llamó repetidamente y no respondió cuando el otro preguntó quién era.

De esta forma, dice la sentencia, cuando la víctima abrió "y trató de cerrar la puerta de nuevo al percatarse del inminente ataque", el procesado "le disparó dos veces con la escopeta y cuatro con la pistola", aunque no le llegó a alcanzar ninguno de los proyectiles, que sí traspasaron la puerta, porque se agachó.

Por estos hechos, la víctima resultó con algunas lesiones leves. La Sala condena al acusado después de que éste reconociera abiertamente haber realizado esos hechos debido al juicio que había pendiente. Asimismo, el Tribunal señala que este hombre tenía la intención de acaba con la vida del otro.

Se le condena por un delito de asesinato en grado de tentativa, otro de tenencia de armas prohibidas y un tercero contra la administración de justicia. Además de la prisión, se le prohíbe comunicarse o acercarse a la víctima a menos de 100 metros durante un periodo de 10 años.

Asimismo, el acusado deberá pagar algo más de 1.000 euros a la víctima por las lesiones y los daños en la vivienda. La Sala acuerda también que no procede la clasificación del condenado en tercer grado penitenciario hasta que tenga cumplida la mitad de la pena de prisión.