Covite cree "legítimo" que los que han abandonado el colectivo se integren en otro y les insta a "respetar" su trabajo

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco ha considerado "plenamente legítimo" que quienes crean que Covite "debe dejar a un lado el activismo" formen una asociación o se integren en una ya existente y les ha instado a "respetar el intenso trabajo que esta asociación viene realizando a favor de la dignidad, la memoria y la justicia de los damnificados por el terrorismo".

Covite se ha referido de este modo, en un comunicado, a los 97 socios del colectivo que han presentado este lunes sus firmas en las que notifican su baja de este colectivo por diferencias con la directiva.

La asociación ha apuntado que se han registrado un total de 97 peticiones de baja, de las cuales 90 son válidas. En ese sentido, ha detallado que se han presentado al menos tres bajas de socios a los que ya se había dado de baja tiempo atrás por defunción y dos bajas de personas que no estaban asociadas a Covite.

También se han presentado dos bajas de socios que anunciaron sus bajas voluntarias el 11 de julio y el 2 de abril de 2013. Covite ha precisado que "al menos 30 socios que hoy han presentado su baja no reúnen los requisitos que, según el grupo del ex socio Jorge Mota, son necesarios para ser considerados víctimas del terrorismo e integrarse en una asociación de víctimas".

Covite ha recordado que es una asociación que desde hace 16 años "lucha por los principios de dignidad, justicia y memoria" y ha destacado que "en esa batalla", en 2012, el Equipo Coordinador que dirigía Consuelo Ordóñez decidió no destinar financiación del colectivo a actividades lúdicas para las víctimas del terrorismo.

"ACTIVISMO"

"Respetamos y entendemos que un sector que integraba el colectivo crea que Covite debe renunciar a batallar contra la imposición del proyecto político totalitario que aún justifica el asesinato de nuestros familiares", ha subrayado, al tiempo que ha afirmado que "el amplio espectro de las víctimas vascas, aún en Covite, conciben el activismo de un modo diferente".

A su juicio, es "plenamente legítimo" que quienes crean que el colectivo "debe dejar a un lado el activismo", formen una asociación o se integren en una ya existente. "Si bien deseamos lo mejor a nuestros compañeros, también les instamos a respetar el intenso trabajo que esta asociación viene realizando a favor de la dignidad, la memoria y la justicia de los damnificados por el terrorismo", ha recalcado.

En esa línea, ha afirmado que Covite se constituyó en 1998, antes de que se aprobaran las sucesivas leyes de reconocimiento y protección económica a las victimas del terrorismo y ha señalado que "algunos de quienes hoy abandonan Covite recabaron hace un año el amparo judicial mediante un pleito del que el día 24 de enero desistieron expresamente porque sus argumentos carecían de fundamentación jurídica".

Tras apuntar que ese pleito "estaba ya paralizado desde el 6 de junio de 2013, sin que desde entonces los demandantes que hoy se han ido hubieran pedido del juzgado su reanudación", ha considerado que explicar la marcha de estos asociados "sin conocer su posición en los juzgados de San Sebastián acaba en una mera elucubración que sólo alimenta el confusionismo y da argumentos espurios a quienes sólo persiguen que nos paren el trabajo y el sacrificio de Covite".

ESTATUTOS

Finalmente, ha precisado que, a partir de la modificación de los estatutos aprobada el 25 de enero, no podrán ser directivos de Covite cargos electos de formaciones políticas, aunque sí simpatizantes o militantes, "como bien lo evidencia pluralidad de la actual junta directiva, que cuenta con afiliados del PP, UPyD y VOX".

"Cualquier designación política acarreará la renuncia inmediata del directivo que acceda a un cargo público, algo que hasta que el Equipo Coordinador que dirige Consuelo Ordóñez no incorporó a los estatutos no se reflejaba en ellos", ha concluido.