EEUU pone en duda el plan de Pakistán para derribar a los talibanes

Así lo indica en un informe al Congreso sobre los avances en Afganistán y Pakistán entre julio de 2010 y marzo de 2011, del que varios medios estadounidenses publicaron hoy una versión desclasificada.

"Aún no existe un camino claro para vencer a la insurgencia en Pakistán, pese al despliegue sin precedentes de más de 147.000 soldados", indica el informe, elaborado por el equipo de Seguridad Nacional del presidente Barack Obama.

El texto celebra que el liderazgo de Al Qaeda en Pakistán se encuentra "más débil y bajo una presión más constante que en ningún otro momento" desde el comienzo de la guerra en 2001.

No obstante, también indica que el grupo terrorista no podrá ser detenido hasta que no emprenda "una huida sustancial de sus refugios en las áreas tribales del oeste de Pakistán", limítrofes con Afganistán.

Una de las grandes debilidades de las fuerzas armadas paquistaníes, según el informe, es su ineficacia a la hora de mantener a los rebeldes fuera de un área una vez que consiguen eliminar la presencia de talibanes en ella.

"Esta es la tercera vez en los últimos dos años que el Ejército (de Estados Unidos) ha tenido que desplegar grandes operaciones para despejar áreas", dice la Casa Blanca en un punto del informe.

"Es una indicación clara de la incapacidad de los militares paquistaníes y su Gobierno de mantener las zonas limpias resistentes al regreso de los insurgentes", añade.

La relación entre Islamabad y Washington, no obstante, permanece "en una trayectoria positiva", pese a tensiones como la provocada por el episodio de la detención del contratista de la CIA Raymond Davis, acusado de asesinato en Pakistán y liberado finalmente a mediados de marzo a cambio de una indemnización.

En cuanto a Afganistán, el informe señala un aumento del número de atentados en los últimos meses, dirigidos no sólo contra los refugios de las fuerzas internacionales, sino contra civiles.

La Casa Blanca interpreta ese "aumento del recurso de los talibanes a los asesinatos y las tácticas de intimidación" como un reflejo de que la insurrección "sufre la presión de una campaña militar más firme de parte de la coalición".

En otro informe enviado en noviembre al Congreso, el Pentágono reconocía que el nivel de violencia en el país afgano era el mayor registrado en los nueve años que van de guerra, con un 70 por ciento más de incidentes en combate en el último año.

Estados Unidos prevé comenzar la retirada de sus tropas en Afganistán en julio de 2011, en línea con el objetivo de la OTAN de transferir el control de las 34 provincias del país a las fuerzas de seguridad afganas antes del fin de 2014.

Washington ha apuntado, sin embargo, que podría mantener en el país una pequeña proporción de sus tropas después de esa fecha.