El exministro Enrique Barón ve "anacrónica en términos históricos" la pretensión de "construir pequeños estados"

En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, Barón ha defendido que "el problema no son los derechos históricos como algo sagrado, sino qué queremos hacer de cara al futuro", motivo por el que ha señalado que la virtud está en "el patriotismo constitucional".

Tras defender que el sistema federal muestra "una voluntad de compartir destino", ha incidido en que se trata de un sistema en el que la subsidiariedad juega "un papel fundamental" al no ser un sistema centralizado desde arriba.

"Ello lleva a que sea un sistema bicameral en el que una cámara representa a la ciudadanía y otra a los estados y es un sistema en el que la lealtad en relación con lo pactado juega un papel muy importante", ha añadido.

A su juicio, no es verdad que el sistema federal padezca dificultades a la hora de implantarse en comunidades ciudadanas con "tensiones identitarias", sino que se está ante un "problema de cultura".

"En Suiza no hay un idioma dominante. La mayor parte de los suizos alemanes no hablan francés, ni los que hablan romanche hablan alemán, pero lo que les une es el ser una nación por voluntad popular. En Estados Unidos tampoco son homogéneos, hay comunidades hispanas, afroamericanas...", ha manifestado.

En esta línea, ha defendido que uno de los Estados con mayor "homogeneidad política, étnica, racial, histórica y religiosa" es España, mientras que países como Alemania tienen una división "entre cristianos católicos y luteranos que nosotros no hemos tenido". "Nosotros somos una de las realidades con carácter más federativo desde la Edad Media, por lo menos", ha añadido.

Por todo ello, ha incidido en que sería "oportuno" que España contara con un "senado autonómico con carácter federal y una clara distribución de competencias", así como compartir una "lealtad federal".

"Lo más decisivo es la lealtad que nos debemos quienes compartimos una unidad de destino. En Europa estamos haciendo interdependencia civilizada por lo que no acabo de entender la pretensión de construir un pequeño estado, no sé con qué moneda, no sé con qué ejército... Es anacrónico en términos históricos", ha criticado.

Por ello, ha señalado que el problema "no es el café para todos", sino "si todo el mundo tiene derecho a tomar café" y "si aceptamos eso es lo que hay que debatir entre todos".

Asimismo, ha lamentado que el PNV no votara a favor de la Constitución de 1978, pero ha calificado de persona "sensata" al lehendakari, Iñigo Urkullu, y ha valorado que esté "a favor de una vía de debate".

"Las lenguas vernáculas distintas al castellano están reconocidas, están en el sistema educativo y están en el sistema público. Los derechos históricos ya son más discutibles porque el problema no son los derechos históricos como algo sagrado si no qué queremos hacer de cara al futuro", ha indicado, para añadir que "la virtud está en el patriotismo constitucional".