Ferran Adrià pide a barceloneses y catalanes comprometerse en educación e investigación

El laureado cocinero Ferran Adrià ha retado este viernes a los barceloneses y a los catalanes a ser solidarios y a comprometerse para ser un país "increíble" en educación e investigación, en un pregón que ha dado paso al inicio de las fiestas de La Mercè de Barcelona y en el que ha obsequiado con la receta de los valores que aplicó en su restaurante de elBulli para ser feliz.

En un pregón con el que ha trazado la deconstrucción de la cocina del pasado, presente y futuro, Adrià ha afirmado que es un país de muy buena gente pero la solidaridad no está en el ADN de la sociedad civil, y cree que, más allá de pedir a diario recursos a la administración, a quienes les ha ido bien como a él deben tomar "un compromiso más grande" en educación e investigación.

Para Adrià, si miles y miles de barceloneses y catalanes se comprometen no sólo con dinero, se puede hacer que sea "un país increíble a nivel de educación e investigación", una solidaridad que ya se produce en los Estados Unidos, donde ha destacado que la gente normal da dinero para estos ámbitos, sin hacer falta que sean Bill Gates o Warren Buffett, ha dicho.

Cuando cerró elBulli el 30 de julio de 2011, Adrià y su socio, Juli Soler --ha acudido al pregón--, supieron que el restaurante ya no les pertenecía, sino que pasaría a ser de todos --con elBullifoundation y la Bullipedia--: "Decidimos que, todo elBulli con toda la inversión, fuese una donación para el país porque creemos que debemos dar ejemplo".

Ante unos 700 asistentes, según fuentes municipales, entre el Saló de Cent y salas adyacentes del Ayuntamiento, el cocinero ha tratado de inyectar optimismo en plena crisis y hacer lo que tanto sabe, hacer feliz, aunque esta vez solo con la palabra, pero ha agregado que no puede olvidar a la gente que lo pasa mal, y toca ser solidarios no solo el día de la Marató.

Adrià se ha definido como un hombre normal que de joven soñaba como mucho en ser el mejor cocinero del barrio, en una época, hace 30 años, que cuando iba a una 'disco' ni se le ocurría decir que era cocinero para ligar, y en elBulli se pasó 18 años en que la empresa no ganaba, pero le ponían paciencia, y han logrado ser los mejores con los 2.500 cocineros que han pasado por él.

Adrià ha mostrado un vídeo del cierre de elBulli donde está eufórico porque sabía que su aventura no acababa, por estar con los Messi y Neymar de la cocina, y poder aplicar su receta de la felicidad: además de paciencia y solidaridad, la pasión, respeto al pasado, ética, honestidad, libertad, pureza, generosidad, innovación, creatividad, esfuerzo, capacidad de trabajo y sentido del humor.

Haciendo gala de su saber culinario, ha destacado que, atendiendo a lo más tradicional, los catalanes deberían comer pan con jengibre y no con tomate, y ha subrayado que la restauración ya representa el 5% del PIB en Barcelona y que la cocina está en este país muy ligada a la innovación, con gente como los Roca y Carme Ruscalleda, que se lo han hecho solos y "sin ninguna ayuda".

Adrià también ha puesto deberes: a sus compañeros, entre los que se contaba en el Saló de Cent el pastelero Christian Escribà y la cocinera Ada Parellada, de crear un plato y un pastel oficial de La Mercè; y a las administraciones, que los hábitos saludables sean una asignatura en la escuela, de lo que puede haber tomado buena nota el consejero de Sanidad, Boi Ruiz, también presente.

PRIMARIAS Y PROTESTAS DE FONDO

El pregón ha reunido a algunos de los posibles candidatos a debatirse con Jordi Martí en las primarias para escoger candidato del PSC a las municipales de 2015 --Jaume Collboni, Albert Soler y Laia Bonet--, y también han acudido el consejero de Cultura, Ferran Mascarell; el presidente de la Diputación, Salvador Esteve, y el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.

El alcalde, Xavier Trias, se ha confesado "emocionado" con el pregón, que se ha celebrado con el ruido de fondo de las protestas que se colaban desde la plaza de Sant Jaume de empleados de autobús de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), que se quejan del despido de un compañero, y de trabajadores del alumbrado público, que temen por sus puestos de trabajo.