Francisco Granados ha declarado en el segundo día del juicio por el supuesto chivatazo que recibió de dos exagentes de la Guardia Civil. El exconsejero madrileño ha rechazado, no con mucho éxito, la acusación de la Fiscalía Anticorrupción. Le piden tres años de prisión por violación de secreto. Le acusan de haber podido destruir pruebas del caso Púnica en 2014.