CiU se cita con PSOE y PP para negociar un debate a tres con Rubalcaba, Rajoy y Duran

Los equipos de campaña de CiU, PSOE y PP se reunirán la primera semana de septiembre para abordar la posibilidad de llevar a cabo un debate electoral entre los candidatos de las tres principales fuerzas --por número de escaños-- en el Congreso de los Diputados.

En rueda de prensa, la vicepresidenta de UDC y directora de campaña de CiU, Marta Llorens, ha explicado que, tras ponerse en contacto este jueves con la portavoz del Comité Electoral del PSOE, Elena Valenciano, y el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, y ver su "buena predisposición", los tres partidos han acordado reunirse a la vuelta de las vacaciones.

Este domingo, Llorens había retado a socialistas y populares a aceptar un debate entre los candidatos de los tres partidos --Alfredo Pérez Rubalcaba, Mariano Rajoy y Josep Antoni Duran--, algo que hasta ahora no se ha realizado nunca en España.

Pese a la buena predisposición que, siempre según Llorens, han mostrado PP y PSOE a poder celebrar este debate, todavía no es seguro que vaya a llevarse a cabo, aunque la dirigente democristiana ha avanzado que hay varias televisiones privadas interesadas en retransmitirlo.

Llorens ha descartado que un posible nuevo adelanto electoral que situase los comicios en octubre pudiera obstaculizar la celebración de este debate, ya que, si hay voluntad por parte de las tres formaciones, se puede "orquestar fácilmente en un par de reuniones".

RESTO DE GRUPOS AL MARGEN

La propuesta de CiU deja fuera del debate a otras fuerzas que, como la federación, tienen representación en el Congreso pero carecen de opciones de alzarse con la victoria en las elecciones generales, por lo que previsiblemente la negociación de este debate a tres levantará ampollas entre el resto de grupos.

Por ello, Llorens ha enfatizado la predisposición de CiU "a debatir con todo el mundo", aunque ha hecho hincapié en la importancia que tendría para los españoles poder presenciar un debate en el que pusieran las cartas sobre la mesa los tres partidos con mayor representación en la Cámara Baja.