El PSOE exige al PP que reanude la ponencia de reforma del Senado porque está paralizada desde junio

Así lo ha explicado el secretario general del Grupo Socialista, José Miguel Camacho, en declaraciones a Europa Press. "Seguiremos insistiendo y nos reuniremos con el resto de grupos si el PP no quiere plantear nada, para que sea una propuesta conjunta y que esa ponencia se vuelva a reunir. Pero espero que el PP dé un paso adelante", ha dicho.

El propio Camacho llevó el asunto a la Junta de Portavoces en diciembre. Le preguntó al presidente del Senado, Pío García-Escudero, que preside la ponencia de reforma, si tenía intención de reanudar los trabajos, pero no obtuvo un compromiso concreto. "Se me dijo que se hará. Punto. Y no hemos vuelto a tener noticias", ha dicho.

También el portavoz del PNV, Jokin Bildarratz, había planteado el asunto unas semanas antes, con similar resultado. A la espera de que el PP dé alguna respuesta, el último intento de dar un revulsivo a la actividad parlamentaria del Senado se encuentra en punto muerto.

La ponencia se creó hace casi dos años. El compromiso de los grupos fue cerrar un acuerdo para el pasado verano y los trabajos avanzaron a buen ritmo y con un elevado grado de consenso. Inicialmente, se centraron en cambiar las funciones del Senado, pero nadie se negó a discutir en una segunda fase cómo reformar la composición, cuestión sobre la que las posturas son dispares.

En la pasada primavera, a pocas semanas de cumplirse el plazo previsto, el PSOE solicitó ralentizar el ritmo para dar tiempo a cerrar su propio debate interno sobre el modelo territorial. Pero transcurrido su Consejo Territorial de julio y la Conferencia Política de noviembre, los socialistas aseguran que la pelota de la reforma del Senado se encuentra ya solo en el tejado del PP.

LA REFORMA CONSTITUCIONAL, DE FONDO

Pío García-Escudero ha sido uno de los impulsores de este último proceso de reforma y su partido, el PP, ha trabajado a fondo a lo largo de los meses incluso sobre aspectos que podrían suponer una reforma constitucional. El Gobierno, sin embargo, hace meses que se niega a abordarla.

El documento sobre el que se basa el acuerdo incluye el adelanto del Senado al Congreso en el trámite de algunas leyes: aquellas de fundamento territorial iniciarían su andadura legislativa en la Cámara Alta y pasarían después a la Baja, al contrario de lo que fija la Carta Magna en sus artículos 88 y 90.