En los pasillos del Congreso, ha recordado que en una visita a Suecia de hace 25 años pudo comprobar que allí tenían dos ídolos deportivos, el tenista Bjorn Borg y el esquiador Ingemar Stenmark, y el preferido era el segundo, que era quien declaraba sus impuestos en su país.
"Los deportistas, los artistas y la gente apreciada por lo que sabe hacer tiene que ser antes buenos ciudadanos --ha añadido--. Prefiero un buen ciudadano que no sepa dar una patada a un balón que un mal ciudadano que sea el mejor jugador del mundo como Messi".