Pagazaurtundua respeta los encuentros de víctimas y presos, pero no ve condiciones para avanzar en justicia restaurativa

La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, ha mostrado su "respeto absoluto" por los encuentros que se han producido entre víctimas y presos de ETA, si bien ha precisado que no se debe convertir esas "pruebas piloto" en "una solución milagro". En este sentido, ha señalado que en la sociedad vasca "no se dan demasiadas condiciones" para avanzar en la justicia restaurativa y, además, los presos no tiene la "intención mayoritaria de reparar".

Pagazaurtundua, que ha participado este viernes en un encuentro sobre 'Justicia para la convivencia: justicia retributiva y justicia restaurativa en el Forum Deusto en Bilbao, ha considerado que la polémica suscitada por estos encuentros es "puro humo". De este modo, ha apuntado que "el avance de cualquier tipo de justicia restaurativa tiene que verse en un contexto" y el de la sociedad vasca "no es el apropiado, más allá de experimentos piloto que se puedan estar dando y que respeto absolutamente".

A su entender, es preciso "situarnos a pie de tierra" porque los presos de ETA "lo que nos están pidiendo es impunidad de forma explícita" y "no están para nada situados en la cola de la restauración a las víctimas a las que han generado daño". "No están para reparar. No tienen esa intención mayoritariamente", ha advertido.

Asimismo, ha resaltado que la sociedad vasca está "muy dañada en el tejido moral, social, político" y, en su opinión, "si no hay por parte de la sociedad vasca un reproche a los asesinos para que evolucionen desde el punto de vista de la percepción que tienen de sí mismos --que se ven como héroes, como víctimas a sí mismos-- es muy complicado que haya ningún proceso de justicia restaurativa que vaya más allá de la anécdota o de los intentos que personas concretas pueden estar teniendo".

Por tanto, ha señalado que "la asignatura pendiente que tenemos es el contexto, la sociedad vasca, las cuestiones más elementales que tienen que ver con que no es lo mismo ser víctima que victimario, no es lo mismo dañar que ser dañado". "Estas cuestiones que son elementales y básicas todavía no están bien establecidas en la cultura general de nuestra sociedad. En todo eso hay que trabajar", ha defendido.

Pagazaurtundua ha reclamado que no se conviertan estas "pruebas piloto, en una sociedad en la que no se dan demasiadas condiciones para ello, en un espectáculo, en algo que pueda ser una especie de elemento utilizado propagandísticamente, que pueda ser una solución milagro, cuando tenemos conflictos complicados desde el punto de vista social o de inserción política".

"No hay soluciones milagro, no hay manera de quemar etapas, la sociedad vasca todavía está muy dañada, tiene muchas personas con muchísimo miedo a pensar con la conciencia de manera libre", ha insistido.

Además, ha subrayado que hay "un gran problema de justicia básica" porque "casi el 50 por ciento de los casos de asesinato de ETA están sin resolver".

"Primero tienen que ir los casos sin resolver, tiene ir el reproche de la sociedad hacia esas personas que han cometido esos graves delitos de violación de derechos humanos para que puedan avanzar en la consideración del daño que han causado", ha reiterado.

APROXIMACIONES

Finalmente, ha considerado "muy interesante" el trabajo desarrollado en el Foro de la Universidad Deusto, donde se han dado "aproximaciones muy interesantes desde el punto de vista de personas que tienen experiencias distintas", aunque ha reconocido que "con algunas por su puesto no estoy en absoluto de acuerdo porque, si lo de la restauración está difícil, no les digo lo de la justicia transicional", que es "absolutamente inaplicable".

En relación a la participación en este mismo encuentro de la dirigente abertzale Jone Goirizelaia, ha advertido de que "hay una cierta inflación de buscar momentos o fotos históricas" y ha mostrado su desacuerdo con las tesis defendidas por Gorizelaia ya que, según ha dicho, ha pedido "justicia transicional" y no ha asumido "la necesidad del reproche social a una estrategia de persecución sistemática durante décadas, en la que el asesinato es la punta del iceberg".