El librero Pedro Varela ingresará en prisión para cumplir tres meses de condena por editar ilegalmente 'Mein Kampf'

En un auto, el juzgado acoge los argumentos esgrimidos por el fiscal del Servicio de delitos de odio y discriminación, que se mostró contrario a aplicarle beneficios de suspensión de pena debido a los antecedentes penales del condenado por delitos de odio.

Según el escrito del fiscal, Pedro Varela no es un "delincuente primario", sino que acumula a sus espaldas dos condenas por difusión de ideas que justifican el genocidio y tiene un procedimiento abierto en el Juzgado de Instrucción 9 de Barcelona por incitación al odio.

Asegura en dicho escrito que Varela se ha dedicado a la difusión pública de ideas que fomentan el odio, hostilidad, discriminación o violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su ideología, religión o creencias, la pertenencia de sus miembros o de alguno de ellos a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o discapacidad o "bien a justificar el mayor crimen contra la Humanidad como fue el Holocausto del pueblo judío".

Añade que se dedicó precisamente a la edición, venta y distribución masiva del 'Mein Kampf', cuyo autor Adolf Hitler era el máximo responsable del régimen nacionalsocialista responsable del genocidio de millones de personas, "libro profundamente antisemita y donde se perfilan las ideas principales que llevaría posteriormente a cabo en su régimen de terror".

La Audiencia de Barcelona condenó a tres meses de cárcel al librero Pedro Varela por editar ilegalmente 'Mein Kampf', por un delito contra la propiedad intelectual, matizando una sentencia del Juzgado Penal 16 de Barcelona, que le había condenado a seis meses.

La sentencia del Juzgado Penal 16 de Barcelona consideró probado que el propietario de la librería filonazi Europa de Barcelona editó el libro sin tener autorización ni licencia para ello entre 1997 y 2010 y vendió 4.375 ejemplares.

En el juicio, Varela admitió que había editado el libro pero alegó que pensaba que los derechos eran libres, y justificó que después de que le citaran a declarar en 2009 por estos hechos lo siguió vendiendo porque tenía "la convicción de que el Estado de Baviera no tiene derecho sobre esa obra".