Prisión provisional y sin fianza para el atracador de la sucursal bancaria en Usera

Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), la autoridad judicial atribuye inicialmente al detenido los delitos de robo con violencia e intimidación y detención ilegal.

El frustrado atracador de la sucursal de Bankia en la calle Rafael Ybarra esquina con Dolores Barranco del distrito de Usera, pasará previsiblemente a disposición judicial este sábado, han informado a Europa Press fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Estas mismas fuentes afirman que ha pasado la mayor parte de la mañana de hoy declarando en dependencias policiales, una vez que fue detenido sobre las 11.15 horas de este jueves y trasladado a la Jefatura Superior de la Policía, donde fue interrogado.

El frustrado atracador de la sucursal bancaria, ubicado en la calle Rafael Ybarra esquina con Dolores Barranco del distrito de Usera, pasó a disposición judicial y ayer estuvo declarando en dependencias policiales.

El intento de atraco comenzó pasadas las 9.50 horas del jueves. Tras tomar una copa en el bar 'La Barca', a 40 metros de la sucursal, entró con una pistola --que luego la Policía Nacional comprobó que era de aire comprimido y estaba modificada-- y retuvo a seis personas en el interior de la sucursal, entre las que se encontraba el director, empleadas y algunos clientes.

También señaló que llevaba un explosivo en una especie de aparato de plástico con un móvil, si bien luego los agentes comprobaron que no había ningún material explosivo.

Hasta el lugar acudió rápidamente el Grupo XII especializado en estos atracos, y agentes de paisano, que intentaron negociar con él, se apostaron en el lugar.

El atracador reclamó dinero, un helicóptero para huir y una pizza. Luego, fue soltando a varios rehenes, acompañándoles a la puerta. En último lugar, sobre las 10.45 horas, salió a la calle encañonando al director de la sucursal, momento en el que fue interceptado por un agente que se encontraba escondido en el portal anexo. El atracador le pidió que se retiraba o disparaba.

Así lo hizo, porque poco después el asaltante se entregó, dejando el arma en la calle, a pocos metros de la entrada del banco.