Santamaría acude este lunes a Ceuta a la investidura de Vivas y a la toma de posesión del nuevo delegado del Gobierno

Sáenz de Santamaría llegará al Palacio autonómico poco después de mediodía para firmar en el Libro de Honor de la Ciudad en la Sala Noble de la Alcaldía. El acto de investidura de Vivas se desarrollará acto seguido en el Salón del Trono con la lectura del Real Decreto de nombramiento del presidente de la Ciudad, que a continuación tomará posesión del cargo.

Tras recibir el bastón de mando de manos de la vicepresidenta, ambos intervendrán ante los asistentes. Después, Vivas y Sáenz de Santamaría se desplazarán a la Iglesia de la Virgen de África, donde el presidente realizará el tradicional ofrecimiento y llevará el bastón de mando a la Alcaldesa Perpetua de Ceuta.

Presidente de Ceuta desde 2001, cuando accedió al Gobierno tras una moción de censura al equipo del GIL que había ganado las elecciones dos años antes, Vivas logró el pasado 24 de mayo su cuarta mayoría absoluta consecutiva en las urnas y se convirtió en el único candidato autonómico del PP en toda España que consiguió ese resultado con 13 de los 25 escaños de la Asamblea.

A las 14,00 horas, Sáenz de Santamaría presidirá el acto institucional de toma de posesión de Nicolás Fernández Cucurull como máximo representante del Gobierno de España en Ceuta, donde fue nombrado delegado el pasado viernes por el Consejo de Ministros tras el fallecimiento de su titular desde 2011, Francisco Antonio González Pérez.

Fernández Cucurull (Ceuta, 1963) es licenciado en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Pontificia de Comillas. Hasta ahora era director de la Sociedad Pública de Desarrollo de Ceuta (Procesa), puesto al que regresó en 2011 tras ver frustrada su aspiración de ser el candidato del PP de Ceuta al Congreso de los Diputados.

Tras ser consejero de Fomento y de Economía y Hacienda del Gobierno de Ceuta, el político ocupó uno de los dos escaños de la ciudad autónoma en el Senado durante tres legislaturas y hace cuatro años renunció a volver a concurrir a las elecciones para volver a la Cámara Baja, decantándose por abandonar la primera línea de la política.